Ojo al dato, que Arma joven fue considerada en su momento como la película que más fielmente había retratado en pantalla las andanzas de Billy el Niño, uno de los pistoleros más míticos del Oeste americano.
Hoy en día, lo que más sorprende de ella es lo muy, pero que muy ochentera que es. La película, más que un western o una de aventuras, es una versión romántica de unos personajes libres, que celebran a cada paso la alegría de ser jóvenes y la vitalidad que los invade. Cambien caballos por Harley Davidson y casi tendríamos una Easy Rider. ¿Qué puede haber más ochentero que esa reivindicación de lo joven, la libertad y pasarlo bien? Sí, de acuerdo, los personajes hacen cosas bastante censurables, pero en el contexto de la llamada Guerra del condado de Lincoln, todo queda diluido e incluso disculpado como transgresión juvenil.
La producción no está especialmente cuidada, y desde luego no es ninguna maravilla del séptimo arte, pero sí es una película muy entretenida, dinámica y con ese aire especial que echamos de menos los que hemos crecido en los 80 y 90. Y además, tiene por supuesto el atractivo de ver a su entonces joven y prometedor reparto, en el que sobresalen los miembros de la banda: Dermot Mulroney, Lou Diamond Phillips, Kiefer Sutherland (con un look idéntico al que luciría años después como Athos en Los tres mosqueteros) y por supuesto los hermanos Emilio Estévez y Charlie Sheen.
De lo más entretenida, interesante y nostálgica.

Lo mejor: Lo entretenida que es, su espíritu netamente ochentero y su joven reparto.
Lo peor: No está muy cuidada en su producción, y tampoco es una obra maestra.