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Voto de Roy Batty:
4
7,8
1 379
Documental Documental sobre los sucesos de abril de 2002 en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez fue depuesto de su cargo por un lapso de 48 horas. (FILMAFFINITY)
16 de enero de 2014
8 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fuera de toda implicación política de un lado o de otro. Lo que considero injusto es la situación social y económica que se está viviendo en Venezuela.
No es de recibo que la economía del país se haya hundido de esta forma tan estrepitosa. Es inconcebible que el pueblo tenga que sufrir todas las consecuencias de la lucha de clases, producto de unas visiones caducas y marchitas.
Así pues, es necesario que el conjunto de la sociedad venezolana se una para la consecución de un mejor pueblo, para que todos juntos dejen de luchar entre ellos y consigan una Venezuela rica y productiva.
Y eso no se consigue con la continuación de las viejas rencillas, ni con la instauración de totalitarismos, ni autocracias, sino con la visión amplia del cosmos, no solo de su ego, su bolsillo, su casa o su familia. Es necesario una visión de amplios horizontes, pues Venezuela se encuentra inmerso en ese mundo que hoy conocemos, un mundo globalizado. Y como tal deberían darse cuenta, y aprovecharse de las circunstancias, en vez de ir en contra corriente.
Existen países que se han dado cuenta de estas circunstancias, como Brasil.
Pero Venezuela no!
Venezuela sigue en una enrabietada caduca y marchita lucha de clases. Hoy el marxismo no tiene nada que aportar a la sociedad. Hay que convivir y subsistir dentro del mundo globalizado, queramos o no, pero sobre todo un mundo civilizado, que es el nuestro.
Así pues, Venezuela debería transcurrir hacia una transición pacífica de unidad nacional. Pero una unidad entre los dos bandos contrapuestos en esta lucha autodestructiva que se ha creado en el país. Pues si no se consigue, el país va de camino de la autodestrucción. Y es una pena, porque es un país maravilloso.
Y todo esto que digo es para poner de relieve que el presente documental no nos aporta nada nuevo, solo nos presenta una visión plana y encorsetada de lo que le han dejado plasmar desde la revolución bolivariana. Los realizadores tuvieron la suerte de estar presentes con cámara en mano para poder grabar los fatídicos días de huelgas, revueltas y golpe de estado. Pero estas grabaciones no pueden servir exclusivamente para el desdén y la soberbia en las exposiciones de un solo bando, con la única misión de polarizar aún más el ya desmembrado y destartalado país.
Así pues, mi votación, para este documental, no podrá nunca alcanzar el aceptable.
Roy Batty
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