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España España · Barcelona
Voto de Tombol:
8
Drama Por primera vez en su vida, víctima de problemas cardiacos, Daniel Blake, carpintero inglés de 59 años, se ve obligado a acudir a la asistencia social. Sin embargo, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo si no desea recibir una sanción. En la oficina de empleo, Daniel se cruza con Katie, una madre soltera con dos niños. Prisioneros de la maraña administrativa actual de Gran ... [+]
27 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habrá quienes digan que lo que Loach nos enseña es un caso extraordinario. O que todo está diseñado para embadurnarte de una historia lacrimógena. O que la Administración funciona muy bien aunque pueda tener "pequeños errores". O que la historia de Daniel Blake es una exageración en tanto que se extrema en exceso una situación "irregular".

No nos comamos los mocos. Los elementos que sustentan el argumento de la película son absolutamente reconocibles. En ningún momento he visto hechos fantasiosos o sobredimensionados, o "retocados" convenientemente, para contarme una milonga que busque mi depresión. Al revés, Loach se muestra sobrio y refleja realidad en todo su peso, sin estridencias efectistas para lograr un sello de "realismo social". Es realismo social, sí, pero pulcro y bien afinado, sin muestras de los clásicos tics del "cine de autor". Muy grande en ese sentido Loach, no prioriza el estilo personal por encima del argumento que nos quiere contar.

Y es que nos han vendido que vivimos en el mundo de la abundancia, la cual llega a todo el que se la merece. Y que vivimos sustentados por el mejor de los sistemas, tanto en el campo de la medicina, como laboral, como social, a pesar de que nada es perfecto en sí mismo, y que por eso mismo hay que disculpar las lógicas deficiencias que puedan aparecer.

El alma de toda la cinta lo expresa en un momento dado Daniel Blake cuando dice algo así como "cuando pierdes la dignidad, ya no te queda nada". En efecto, ahí está lo central. Y eso que la propia película no hace sangre ahondando en esa cuestión. Porque el bueno de Daniel Blake, y todos nosotros como sociedad, hemos perdido la dignidad desde el momento en que aceptamos las ayudas del Estado para sobrevivir. Por supuesto, todos la aceptaríamos en su caso, hace mucho que caímos en esa telaraña de los subsidios u otras "paguitas".

En un momento se señala en la película, es el Estado el responsable de este mundo tan inhumano. El Estado ha creado un mundo fragmentado en cuanto a relaciones sociales, ha favorecido el aislamiento y la falta de empatía. Esto es un "sobrevive como puedas". El Estado hoy día es más poderoso que nunca en la historia, y eso contrasta con la terrible miseria humana que acompaña a los ciudadanos, como en "Yo, Daniel Blake".

En la película, el Estado es el servicio social de prestaciones laborales (el paro); también es el sistema médico, con toda su estructura impositiva; también toda la legislación creada, toda la burocracia alienante, todo el sistema informático obligatorio. En "Yo, Daniel Blake" funciona como un reloj, perfectamente engrasado, o pasas por el aro o lo llevas crudo.

Se agradece también a Loach que el protagonista haya sido un varón, un buen tipo, ya es raro hoy día que te muestren a un hombre que sea capaz de ayudar a los demás sin intenciones malévolas. Y que te deje ver que, en las condiciones actuales, con la dominación que ejerce naturalmente el Estado, son víctimas tanto el hombre como la mujer... o los niños.

Loach ha construido un filme honesto, en mi opinión. Y resulta creíble porque, quiero creer, en cada uno de nosotros aun queda un pedacito de humanidad sin destruir, sin contaminar. Esa humanidad que nos permite acercarnos a nuestros semejantes sin pedir nada a cambio. Y es honesto porque pone el dedo en la llaga, la llaga de la dignidad. Ahora nos toca a nosotros aclararnos sobré qué es vivir una vida dignamente. Un 7,9.
Tombol
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