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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Cine negro. Thriller Un químico de la policía (Van Heflin) utiliza técnicas forenses para resolver asesinatos en una ciudad plagada de corrupción política y bandas criminales. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando digo que Zinnemann no tiene una sola película mala...Ni siquiera en sus inicios.
Pasen y vean este modesto serie B donde el director ya demuestra que, aun sin aspiraciones, lo suyo era hacer cine y buen cine, del que divierte, entretiene, intriga e incluso ilustra.
Un policial visto desde otro lado en 1942. Nosotros, después de lo que ha llovido, no podremos apreciarlo en su justa medida pues han sido infinidad de films y teleseries las que han dado forma a este tipo de investigaciones, una de las más recientes los CSI de la televisión pero me gustaría que los posibles votantes de esta peli tuvieran a bien reconocerle el mérito a esta pequeña joya y que pudieran ponerse en el lugar de el público de entonces, que de investigaciones forenses, espectrómetros, microscopios, condensadores de yodo, laboratorios y fórmulas químicas, conocía bien poco.
Aquí el crimen lo resuelven los científicos. Van Heflin en la piel del investigador forense junto a su eficaz asistente Marsha Hunt habrán de descubrir al asesino del alcalde de una ciudad.
Nosotros ya sabremos desde el principio quién es por lo que seguiremos con franca impaciencia los avances en la investigación temiendo que se les escape mientras asistimos al mismo tiempo a un relato pormenorizado del empleo de corruptelas políticas, atentados ambición, filtración y extorsión, incluyendo una sólida y sutil historia de amor latente y dormida entre los tubos de ensayo y documentos desclasificados sin que el objeto de amor se percate de ello hasta que otro perro le levante la pieza.
Va a ser un placer contemplar cómo aquí ya no sirven de nada las huellas digitales (los asesinos ya se lo sabían y todos utilizan guantes) pero un conjunto de pistas más sofisticadas e imperceptibles desparramadas en el lugar del crimen vinieron a sustituirlas para consternación de los criminales que se creían ya a salvo.
La intriga está magistralmente bien llevada, habrá inquietud por la información que nosotros los espectadores disponemos y ellos no, con los habituales sobresaltos cuando metan la pata (!Ay, Marsha, ¿en la academia no os enseñaron a respetar la confidencialidad?) y con el seguimiento de las pistas y sospechosos equivocados, garantizando así la atención del espectador que no se despegará de la pantalla ni un momento.

Y, ya por último, resaltar algo que me parece verdaderamente chocante en el film.
La asistente de Van Heflin, Marsha, nos menciona al inicio del film ser graduada en químicas y poseedora de un máster. Es de suponer que habría cursado esa carrera porque tenía aspiraciones o vocación para ello ¿no?.
Sin embargo, se pasa toda la película señalando que odia ese trabajo y afirmando que ese no es trabajo para una mujer(???), señalando de ese modo su deseo de casarse y abandonar la profesión. !Vaya ánimos para estudiar dan los guionistas a las mujeres en este film!. ¿Tendrían miedo de que, al ver este film, las mujeres abandonasen sus hogares en masa y corrieran a graduarse a la universidad?.
Izeta
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