La explotación, ese recurso del que abusó el cine mexicano a raíz de la caída del "cine de calidad". Cantidad de cintas mostrando violencia gráfica, drogas, pobreza y demás. En esta película encontramos una historia típica que transcurre sin problemas y se puede pensar que no ocurre nada mientras desfilan los personajes en situaciones ridículas y sin trascendencia. Mientras pensaba en que se quedaba corta en cuanto a lo que suele ofrecer este director: violencia muy explícita y situaciones extremas; llega de golpe la brutalidad. Basta con el final y un par de escenas salvajes, crudas, viscerales y violentas como pocas para incomodar y helar a cualquiera. Difícil encontrar, sobre todo hoy en día, algo tan oscuro y controversial en el cine mexicano por lo espinoso de lo que se muestra, un claro ejemplo de que siempre hay algo para sorprendernos en el mundo del "mexploitation".