Stallone será siempre recordado por dar vida a dos de los personajes más carismáticos y reconocidos de la historia del cine, clásicos por méritos propios y secuelas más o menos afortunadas, pero iconos de una época al fin y al cabo. Por un lado dió vida al boxeador Rocky en una también gran historia, y por el otro, unos años más tarde se convirtió en John Rambo, el héroe de guerra al que su propio país dió la espalda cuando ya no le fué de utilidad.

A parte de ser una gran película de acción al uso común de los ochenta, su mérito consiste en no conformarse solo con eso, ya que la acción no es gratuita, sino que está al servicio de su interesante argumento, una feroz crítica a la sociedad americana del principio de los ochenta que herida por su impensable derrota en una guerra desigual da la espalda a sus soldados tachándolos de criminales y fracasados. Otra lectura no tan buena es evidente: la del enaltecimiento de la cultura militar y sus valores supuestamente más puros frente al funcionamiento de la sociedad establecida... frases como "pudimos ganar esa guerra pero no nos dieron los medios" son testigo de ello.

Dejando a un lado las impresiones políticas, filosóficas o más o menos éticas que esta película de acción (¿cuántas películas del género pueden decir lo mismo?) transmite, puede decirse además que la realización es francamente buena, que ha envejecido bien porque las escenas de acción están magistralmente rodadas (grande el asedio en la montaña con un Rambo que aparece de la nada) y que a parte de ser otra de las míticas películas de la infancia de muchos entre los que me incluyo es un gusto ver que casi treinta años después es más notable que muchas de las películas de acción contemporaneas gracias sobretodo a su realismo y verosimilitud.

"Están todos muertos... solo quedo yo"