Un guión más que aceptable, buenas interpretaciones (menos la abuela de Jonah, que me saca de la serie cada vez que aparece), una gran producción y una narrativa interesante que combina pequeñas dosis de humor con una retrospectiva a ratos dura, a ratos violenta, pero siempre crítica.

La serie parece comenzar cargada de clichés - algo que no tiene porqué estar mal persé - pero a medida que avanza consigue desenvolverse entre sus propias controversias y cruzar varios umbrales de incertidumbre sobre el qué, el cómo y el porqué sucede lo que estás viendo.

A destacar los maravillosos incisos sobre cómo EEUU dio una vida de lujo y privilegios a los nazis que consideraron útiles para sus propios fines, los cuales nunca pagaron por sus crímenes. Además de que no estamos acostumbrados a ver críticas tan directas y valientes hacia el Tío Sam en grandes producciones, dota de profundidad el trasfondo narrativo, que se aleja de la dicotomía moral arquetípica para ofrecernos realpolitik. Sin duda, de lo mejor de la serie.

Los flashbacks a los campos de concentración están muy bien, pero hay que tomarlos como lo que son en cierta medida, narrativa. Algo que parece molestar a muchos. Sinceramente, no estoy viendo un documental, por lo que acepto licencias al respecto. Estoy seguro de que Leónidas tampoco tenía la tableta que tiene Gerald Butler en 300 y dudo que Jerjes tuviera piercings, pero coño, estoy viendo un producto y acepto cierto grado de ficción al respecto.

En fin, que aún con sus fallos, la he disfrutado mucho.