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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
7
Drama. Comedia El oscarizado guionista y director Paolo Sorrentino presenta la historia de un chico, Fabietto Schisa (Filippo Scotti), en el turbulento Nápoles de los años ochenta. En "Fue la mano de Dios", hay lugar para alegres sorpresas, como la llegada del legendario futbolista Diego Maradona, y para una tragedia igual de imprevista. El destino interpreta su papel, la alegría y la desdicha se entrelazan y el futuro de Fabietto echa a rodar. ... [+]
17 de diciembre de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cierta entrevista Sorrentino afirma sin vacilar que para los napolitanos la llegada de Maradona no fue la llegada de una estrella, fue el advenimiento de un Dios. No creo que exagere un pelo, baste con recordar aquel partido de fútbol, celebrado en el estadio del Nápoles, cuando se enfrentaron los combinados de Italia y Argentina. Tanta era la pasión y la fe que alimentaba Maradona que los napolitanos animaron a Argentina, porque era el equipo de su dios.

El futbolista ocupa ese puesto de lo maravilloso insertado en lo real. Sorrentino vuelve a entregar otro de sus ejercicios cinematográficos, en los que se combina lo refinado con lo zafío. Los señores barrigones se combinan con imponentes desnudos, los amaneceres en la costa con las tragedias familiares. En este caso su intrincado estilo, que linda con lo barroco, parece más contenido, puede que haya comprendido que para una historia personal era necesario no tirar de tanta pirotecnia audiovisual. De hecho es una película con muy poca música, los sorprendentes e inesperados momentos de maravilla de "La gran belleza" e incluso de "Loro" han sido moderados en busca de estampas más cercanas y naturales, si bien no renuncia a su libro de estilo, pues como él mismo afirma, esa forma colorida y enriquecida de trasmitir las historias es innato de los napolitanos.

Sin duda estamos frente a una visión particular. El artista es el filtro que tritura y trasmuta el material encontrado en la realidad, aún y así sorprende no poco que Sorrentino escamotee la problemática de la Camorra, que condiciona la vida de la ciudad entera y nubla el día a día con una violencia hiperbólica. Conviene tener esto en cuenta para contextualizar un poco lo que vemos, por más que, como declara el propio Fabietto, la realidad le aburre y quiere escapar de ella, cuando tiene efectos tan perniciosos puede que tenga un punto de irresponsabilidad. No se podrá decir que Sorrentino no sea consciente de la corrupción y la violencia, ahí está "Il Divo" para testificarlo, en todo caso se puede suponer que de la misma forma que ha domado sus gestos estéticos, también ha seleccionado los elementos que introducía en la narración, suponemos que deseaba quitarse de encima esta historia doméstica, ciertamente trágica, y que no podía distraerse con otras situaciones tangenciales.

Todo y que creo que tiene momentos maravillosos (esa entrevista improvisada a caballo entre la noche y el amanecer con el director Capuano), que sea una obra más personal no significa que sea la mejor. Ni siquiera de las mejores, quizá la pondría un peldaño por debajo de "Las consecuencias del amor", sí tiene esos momentos brillantes y es en conjunto una obra vigorizante en la que el director se permite meditar acerca de la fugacidad de la belleza, la prevalencia que esos pequeños momentos tienen y que nos sirven de asidero para cuando los grandes reveses ocurren, porque son inevitables y ocurren. Son como goles que se les cuela a la vida, pero con ellos no se gana el partido, hay que seguir jugándolo aunque se vaya con el marcador en contra, saber sobreponerse aunque que vayas perdiendo, pensar que el partido es largo e incluso los modestos tienen su oportunidad de anotar.
Jean Ra
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