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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
8
Thriller. Comedia. Drama Unión Soviética, 1984. El cansancio del régimen es palpable y el rigor de tiempos pasados empieza a relajarse. Falta sólo un año para que Gorbachov llegue al poder e inicie la Perestroika. En una ciudad de provincias, la hija de un importante miembro del partido desaparece tras acudir a una fiesta en un club. Nadie ha visto nada, no hay una sola pista ni un solo sospechoso al que acusar. Ese mismo día, en una casa aislada se comete un ... [+]
16 de agosto de 2020
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta tarde he visto este "Cargo 200", título nada ligero y de humor negrísimo, una narración que luce una misantropía del tamaño de Siberia. Satisfecho, convencido a pesar de todo que se trata de una jugada jocosa y muy bien manejada, descubro al puntuarla que ya la había visto el 21 de Diciembre del 2012. Y no sólo la había visto, además me había desagradado enormemente. La puntué con un 3. Normalmente, antes de nada, reviso la ficha en esta web o en otras; ésta vez no sólo se me ha pasado, si no que además no recordaba prácticamente nada de ella. Sólo me sonaba la escena del comedor en la cabaña rural, pero me parecía que era de cualquier otra película rusa, pues al fin y al cabo una estancia con ese aspecto es sumamente representativo de las dachas convencionales. Cuanta más vueltas le doy, más atónito me quedo, pues "Cargo 200" posee algunas escenas hiperbólicas que se quedan en la retina y la memoria. Pero ni rastro. Qué película vi, pues?

Sea como sea, se nos presenta una especie de farsa macabra acerca de los años previos a la caída de la URSS, cómo el germen de cultivo para el florecimiento de aquellas mafias que dominaron la economía rusa ya estaban ahí en forma de una corrupción dantesca: oficiales que secuestran, ejecuciones sumarias, culpables libres e inocentes capturados, un abuso rampante de la autoridad y una retórica estatal mendaz y cínica, que en los mismos aviones que descargan a los muertos cargan a los soldados que serán transportados a Afganistán a ser utilizados como carne de cañón. ¿Cuántos de esos que ahí vemos con uniforme no se lo sacarán para formar su propia banda mafiosa? Casi todos.

En la política rusa se produce una extraña paradoja y es que si bien califican públicamente el período soviético de calamidad histórica, luego tampoco les sienta bien las críticas a ese período si vienen de fuera. Sergei Loznitsa es visto prácticamente como un traidor y es ninguneado por la prensa rusa. El caso es que Balabanov hace una película que cuatro décadas atrás no podría haber hecho ni en broma, aún y así tiene que minimizar algunos aspectos de la crítica a ese período y lanzar los dardos casi a escondidas y disimulando. Vemos la hipocresía institucional, pero la corrupción parece capitaneada por unas pocas manzanas podridas. Lo típico. Después también hay otros golpes más sutiles. Por ejemplo, se ven varias retransmisiones de la televisión, que son programas pueriles y ñoños, ideales para atontar al grueso de la población y ofrecer fantasías tranquilizadoras mientras puertas adentro la corrupción fluye como un tsunami: la vileza de los agentes del estado es infinita y los miembros del partido demuestran una cobardía e ineptitud sin parangón. Ése es el caso del catedrático de ateísmo científico que vemos al inicio, que después que una conocida suya haya sufrido un atropello calamitoso por parte del sistema judicial, se niega a testificar para no arriesgar su carrera académica. Pero oye, que por lo demás, se presta a lo que haga falta, oiga.

A todo eso no faltan algunas de las escenas más cruentas que recuerde en mucho tiempo, dándole un uso enormemente macabro a uno de los cadáveres retornados de Afganistán, alcanzando el paroxismo del humor más chocarrero y macarra. No hace falta decir que una escena de ese calibre difícilmente imaginable en una producción actual. Pero ésa no es más que una parte aislada, con eso no basta para afirmar que estamos frente a "una jugada bien manejada". Examinadas las otras por separado, también descubrimos con que la secuencia de la cabaña sigue el esquema de una película de terror convencional, que algunos de los personajes parecen inspirados en "Santuario" de William Faulkner y que todo ello Balabanov lo emplea para abordar unos hechos (reales?) que sirven como signo de los tiempos, concretamente del orwelliano año 1984.

Me hago cargo entonces que no vi bien la película, no entendí el contexto histórico, la actitud de los personajes me pareció probablemente errática y caótica. No comprendí que con esta obra Balabanov desea lanzar una carcajada negrísima, seguramente por impotencia, porque ve que lo que le rodeaba era un país sin remedio. Así que me permito, para evitar que otros cometan mi mismo error, recomendar la previa lectura ni que sea de un par de artículos acerca del papel de Rusia en Afganistán y la situación de Rusia previa a la caída de la URSS y prepararse para ver una colección de atrocidades, perpetradas por unos personajes que representan una parábola acerca del derrumbamiento moral de un sistema y una nación al completo.
Jean Ra
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