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Voto de harryhausenn:
5
Comedia Un perro salchicha es acogido por una técnica veterinaria llamada Dawn Wiener (Greta Gerwig). El adorable perro también se encuentra con un niño, un profesor de cine, y una abuela y una nieta con problemas. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2016
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conociendo los antecedentes de Solondz, sabemos de sobra, incluso antes que empiece, que Wiener-dog va a ser un caramelo envenenado. Sabemos que debajo de esos colores, de esa escena de apertura que parodia Boyhood y debajo también de la inocencia del perrito y el niño protagonista, algo trama el director. Y efectivamente. Wiener-dog se convierte en una película de episodios en las que el pobre perrito va desfilando de hogar en hogar debido a diversas desdichas. Cuatro hogares, cuatro historias. Las dos primeras son excelentes, pero tras el hilarante intermedio, la película se desinfla hasta rozar el suspenso.

El primer acto incide de una manera tan directa en los prejuicios de la burguesía, que pese a ciertas escenas escatológicas, creemos por un momento que Solondz ha refinado su mal gusto hasta tal punto que perfectamente podría sustituír la inactividad tras la cámara del maestro John Waters. Este segmento con Julie Delpy como madre que adoctrina a su hijo en los beneficios de la eugenesia es fantástico, remitiéndonos directamente a Pecker o Los asesinatos de mamá, del mencionado director.

También es una sorpresa el segundo capítulo, donde Greta Gerwig sustituye a Heather Matarazzo adoptando el papel de Dawn de Bienvenidos a la casa de muñecas. Cuando imaginamos que el relato nos lleva a un cruel desenlace, el director nos sorprende para brindarnos una de las historias más tiernas de su filmografia, una faceta poco explotada por su parte. No solo eso, sino que además el intermedio viene amenizado por el perro salchicha desfilando delante de decorados delirantes capaces de arrancar carcajadas.

Pero justo después, todo va cuesta abajo. Un homenaje al sufrimiento de sus colegas guionistas un tanto aburrido, poco digno del escàndalo que atribuimos a Solondz. Con un magnifico Danny Devito en un relato ameno y simpático, pero sin alma. Y no es lo peor, el ùltimo episodio, con la maravillosa Ellen Barkin, es directamente plomizo e incompresible, un sketch demasiado largo y fallido.
Mencion especial a un final ridículo. El problema no es que un artista se exceda y falle, sino que el ridículo se deba a quedarse corto.

Estoy al tanto que este desenlace le ha valido al director unos cuantos abucheos, insultos e incluso amenazas en Sundance. Parece que Solondz ha querido ponerse al mismo nivel de un pùblico irascible con la primera tontería que se le haya ocurrido y que además, ha colado, lo que es bastante frustrante. Sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de la misma mente que ideó en Happiness una escena de un niño celoso de la víctima sexual de su padre pederasta. El nivel de brutalidad al que nos tenía acostumbrados Solondz hace que al bajarse el telón de Wiener-dog, nos quedemos con una ceja arqueada, esperando que todo haya sido una broma. Pero no. No lo es. Remata su obra con una de las escenas más innecesarias de los últimos años.
harryhausenn
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