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España España · MADRID
Voto de mik:
7
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
7 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabido es de todos el gusto de James Cameron por hacer todo a lo grande, y no podía ser de otra forma en su incursión a la nueva tecnología 3D llevada al cine. Una vez más, como hizo con Titanic, lo que podía haber sido el mayor hostión cinematográfico de todos los tiempos, se convierte, como por arte de magia de la tecnología, en el mayor taquillazo de la historia del Cine, así como una obra multipremiada en los Oscar de la Academia de Hollywood. Premios que, precisamente se entregan hoy domingo 7 de marzo y que aprovecho para vaticinar que se llevará el premio a la mejor película y un carro de premios técnicos.
¿A qué se debe el descomunal éxito de Avatar? El espectador, según las cabezas pensantes de Hollywood, en la época del Blue ray y el cine en casa con televisiones HD de 40 pulgadas necesita de nuevas experiencias para volver a las salas de cine, y el 3D, han decidido, es ese Santo Grial que salvará la industria y llenará de nuevo los cines.
En este contexto surge Avatar, una peliculita en lo que se refiere a su historia, un habilidoso coctel de muchas otras que todos hemos visto, y un guión largo en duración y corto de contenido. Pero también es un peliculón en lo visual y técnico, con una manera de mostrar el 3D muy superior a todo lo visto anteriormente. Y esa es la clave de la cuestión, Cameron ha conseguido mostrar una experiencia visual que bien justifica ponerse una protesis en los ojos durante 2 horas y media largas y disfrutar de una historia inofensiva, apta para todos los públicos, a mayor gloria del todopoderoso Dios taquillazo.
Se sale del cine empachado de tanta magia visual pero con el estómago vacío de contenido, casi con ganas de entrar en la sala de al lado a ver cualquier cosa. Y, sin embargo, pasa como
con la comida basura, que más tarde o más temprano sabes que volverás a picar. Ahora únicamente falta ver si los espectadores hemos sido convencidos de las bondades del 3D para seguir picando en sucesivas películas (secuela de Avatar incluida). Mi apuesta es que no, que el 3D va a ser una moda pasajera, que pasará tan pronto como empiece a haber fracasos de taquilla en ese formato.
Y es que, señores de Hollywood, a mí me gusta el Cine, todo el Cine, incluso el 3D, pero no me gusta que me coloquen para siempre unas gafas.
mik
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