Hay quienes afirman que esta es la película favorita de Billy Wilder. Y sobran motivos para ello porque Wyler construye un retrato impecable sobre las consecuencias de la guerra en tres generaciones diferentes. El secreto de la historia radica en evitar la guerra en si misma y mostrar lo que queda después de ella.

Estos tres tipos están más asustados de volver a sus casas que de quedarse en las trincheras, es ese miedo la verdadera guerra que afrontan, y por tanto esta es una película sobre soldados de guerra que no necesita ser bélica porque nuestro campo de batalla es la vida social.

El manejo del ritmo que posee Wyler es fantástico, lo demostró después y de seguro ya lo hacía en este film. Son 3 horas que se pasan realmente muy rápido y sin la presencia de ninguna escena de acción. Además es bastante patriota sin llegar a chirriar, no muestra ninguna bandera, tan sólo le basta esa escena en la heladería para dejar clara su postura. Y por si fuera poco Wyler se permite algunos gags cómicos y hasta infantiles como las borracheras, o un March tomando agua de un vaso vacío; un humor que no desentona para nada con el dramático clímax del film.

Un reparto a la altura, ver a March y Andrews en estado de ebriedad no tiene precio. Las mujeres también acompañan y demuestran que una guerra no es cosa sólo de hombres, como bien dice en un momento una de ellas "aquí nos encargamos del frente doméstico".

Yo confieso que en general rara vez me gustan los film "generalizadores", esos que toman a un personaje y lo desarrollan como ejemplo para referirse a otros. En este caso y pese a que en si estos tres soldados representan a la gran masa de sobrevivientes que dejó la guerra, debo también confesar que la forma en que lo hace Wyler me ha gustado. Esta es una de esas pocas veces en las que puedo decir que no me ha molestado la generalización de los hechos.

Lo mejor: el realismo al retratar el avance de una sociedad que deja atrás a aquellos que intentan reintegrarse -es similar a lo que les pasa a los expresidiarios-.
Lo peor: coincido con los que piensan que las historias de amor aportan poco, sobre todo la que se forma sobre la marcha -Andrews & Wright-.