En una época donde es tan común ver películas donde la gente se insulta cada vez con frases más explícitas, algo que no veo malo y que disfruto mucho, es bueno también recordar la clase y el intelecto con el que se formaban las frases ofensivas del Hollywood dorado. Y es que el guión de Mankiewicz es un placer auditivo en toda la regla.

Para mí en la cumbre del cine teatral. No sólo porque su trama gira en torno al teatro sino porque la forma de filmar del director es muy teatral, tanto la puesta en escena como los decorados, y también las actuaciones que cobran un valor mayor. Casi no hay exteriores, sólo una escena en un auto, el resto se desarrolla todo en sets muy prolijamente ambientados y donde los movimientos de cámara están milimétricamente cuidados.

La Davis, señora que se halla entre las cinco mejores intérpretes femeninas de todos los tiempos, da una lección en su rol de actriz en fase de retiro, y lo que se suponía un film sobre Eva termina siendo devorado por Margo. La Baxter hace algo más que acompañar, ella es la maldad más corrosiva que uno se pueda imaginar, la palabra trepadora le queda muy chica, muchas antagonistas de telenovela intentaron imitar su estilo hasta la saciedad pero nadie le roza los talones en clase, un lobo con piel de corderito. Las otras dos secundarias no son menos, Holm es el único personaje carente de maldad en el film y da el tono perfecto sobre el que contrastan los demás. La Ritter tiene también sus momentos como la empleada desconfiada. Los hombres no pintan mucho en la trama, el que destaca soberbiamente es Sanders. Curiosa aparición de la amada Monroe en el rol de rubia tarada que tan bien le quedaba.

Un film que comienza con final conocido donde vemos a Eva en la cumbre y sin embargo su odisea de mosquita que se hace la muerta es tan fascinante como inescrupulosa. Además el director agrega al final un guiño que da a entender un espiral vicioso que además explicaría sin mostrarlo el pasado de la propia Margo. La utilización de la voz en off cambiante es un ejemplo de cómo no cansar al respetable.

Como curiosidad, véase la forma inteligente en que Mankiewicz muestra la homosexualidad de la protagonista.

Lo mejor: además del duelo actoral femenino, uno de los mejores que se pueda recordar, esos diálogos incisivos, corrosivos, negros, crueles, inteligentes, (...), y rápidos
Lo peor: no hay detalles que me resulten negativos, tal vez haya alguna cosa mejorable pero ha de ser mínima.