Antes de Wall-e, pasaron un corto de un conejo, que por sus aventuras resultaba muy gracioso. El conejo Presto, buen aperitivo para el entrante principal de Pixar.

Wall.e. Un gran canto a despertar emociones, sensibilidades, desde lo más adentro de nuestro interior. Un gran canto al amor, a lo importante que resultan los pequeños detalles, y las personas o seres con la suficiente inteligencia, que todavía le dan valor a las cosas. A la importancia de cuidar nuestro entorno y a nosotros mismos, porque si perdemos la humanidad, nos podemos perder para siempre en la nada.

Refleja, básicamente al empezar el filme, bastantes guiños del humor mudo de Buster Keaton, y como he insinuado, es una película para al final del metraje, sentirse bien con uno mismo, porque uno, le ha gustado lo que ha visto y mucho. La lucha de un robot, como la metáfora de superación, de borrar las barreras que existen en el amor, en algunas ocasiones y aprender que no hacen falta muchas palabras, que si con unas imagenes pueden reflejar todo un trabajo global muy currado, en todas los campos de producción de la película y del amor que le han puesto por ello. Un amor, que no les ha salido en vano. Se nota que es un filme especial, y que cuando Wall.e mencionaba el nombre de Eva, más de uno se emocionó en la sala y uno de ellos fui yo.

En pocas palabras, para finalizar esta crítica y tal como dice el Título de crítica, es: Una joya "impresionant-e"e imprescindible, es una maravilla, un milagro del cine, que dejará huella por lo menos en dos generaciones -de esta película para niños y adultos que recomiendo a todo el mundo-.



Puntuación: 10.