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Voto de Chris Jiménez:
7
Drama Nueva York, 1972. Charlie (Harvey Keitel) es un joven italoamericano de 27 años que trata de ascender en la mafia de Nueva York, pero dicho ascenso se ve obstaculizado por su sentimiento de responsabilidad hacia su imprudente amigo, Johnny Boy (Robert De Niro). (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2018
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Son los años '70. Es la América de Richard Nixon, la América post-Vietnam, y en New York, al igual que en otras muchas ciudades, el crimen es el que reina en las calles.
Unas calles rebosantes de delincuencia, prostitución, drogas, disparos y peleas, unas calles en las que se respira el olor del alcohol, la sangre y la basura...y sólo los más duros sobreviven a ellas.

Charlie es un hombre duro, desde luego. Descendiente de italianos, este joven sabe de primera mano lo que es vivir entre criminales, sobre todo porque él es uno de ellos, y desde luego también sabe que obtener el perdón de Dios y alcanzar la redención son cosas muy difíciles; tiene sus propios métodos para expiar sus pecados y culpas, sin embargo de poco le sirve en los barrios conflictivos en los que se ha de mover.
Sus deseos de ser alguien más importante y prosperar chocan continuamente con los quebraderos de cabeza que le da su mejor amigo y protegido Johnny "Boy" Civello, otro chaval criado entre matones y golfos cuyo cerebro no es más grande que el de un mosquito y cuya ambición no va más allá de armar jaleo y hacerse de notar. Charlie no deja de defenderle y evitar que le maten, lo que le hace la pascua a muchos de su entorno, y por si no fuera suficiente, su novia Teresa, prima de Johnny y enferma de epilepsia, le insiste para marcharse y seguir una nueva vida en otra parte.

Contaba el sr. Martin Scorsese unos 30 años cuando realizó "Malas Calles", la película que sin duda le pondría en el mapa y con la que empezó a ganarse su buena legión de seguidores; tras pasar algún tiempo realizando pequeños aunque notables trabajos en la época, el rey de la serie "B", Roger Corman, le ofreció un film de encargo venido a menos, "Boxcar Bertha", que cumplió con solvencia. Fue gracias a su amigo John Cassavetes, quien le animó a hacer algo en la línea de su debut "¿Quién llama a mi Puerta?", lo que le estimuló a embarcarse en un proyecto más personal
El largometraje, cuyo guión escrito por Scorsese fue enviado a su mentor Corman para financiarlo, habría tomado una dirección muy distinta si este último se sale con la suya de reclutar a actores negros para los papeles protagonistas. La idea del "blaxploitation" como que no cuajaba, y al contar con el productor Jonathan Taplin, Scorsese optó por cambiar el origen de los personajes y la historia, una historia en la que pudiera hablar sin tapujos de sus raíces italianas, pues su familia era oriunda de Palermo, y el entorno donde se había criado, la "pequeña Italia" de Manhattan.

En "Malas Calles", y es algo que se aprecia al momento, se dan de la mano dos de las grandes pasiones del director: el estilo de la novela negra y el neorrealismo italiano de Antonioni y Rossellini. Desde el comienzo, Scorsese agarra su cámara como un puñado de papel de lija para desnudar a la ciudad de Manhattan de su encanto, mostrando su lado más peligroso y sucio, y nos introduce, a modo de documental, en los ruidosos y poco seguros barrios neoyorkinos poblados de italoamericanos, donde éstos viven sacando provecho de cualquier cosa o llegando a ser peces gordos, tan respetados como temidos.
A través del drama y el humor negro, Scorsese, más que intentar contarnos una historia, nos cuenta, cual Fukasaku en sus películas de yakuzas y matones, una crónica, la del mundo del crimen de esa época y ese lugar, un mundo de violencia, cinismo, mentiras, traiciones, amores imposibles y en el que la escapatoria es poco más que una tarea imposible; así se encuentran los protagonistas del film, sin salida. Otros temas, ya sinónimos del cine del director, harían acto de presencia aquí, como la narración en primera persona, la redención, las trifulcas entre gangsters italianos, la fe cristiana o los personajes atrapados en grandes dilemas y condicionados por el mundo al que pertenecen.

Harvey Keitel, compañero de estudios de Scorsese, realiza una soberbia interpretación dando vida al bueno de Charlie, aunque inevitablemente queda algunas veces relegado por el aplastante carisma de Robert DeNiro, en el que posiblemente sea el papel más detestable y odioso de su carrera. Ambos acompañados de los eficientes David Proval, Amy Robinson y Richard Romanus junto a las apariciones de David y Robert Carradine, Catherine Scorsese, la madre del director, y éste mismo, que encarna a Jimmy Shorts.
El problema del film radica en que, mientras el reparto ofrece unas actuaciones realistas y Scorsese demuestra talento, frescura y originalidad a la hora de dirigir, regalándonos algunas secuencias cuyas composiciones y método de rodar son brutales, no lo hace del mismo modo el guión, firmado por él mismo y Mardik Martin, donde la ilógica y la violencia gratuita terminan por lastrar la trama.

Gracias a Dios el director tendría mejores guionistas para sus futuros proyectos. Y es que es un hecho: "Malas Calles" posee más estilo que sustancia.
Pero sigue siendo una buena película en su género, tan cruda, trágica, directa y visceral como irreverente, divertida y emocionante, adornada con la notable labor de fotografía y edición de Kent Wakeford y Sidney Levin y una impresionante banda sonora.
Chris Jiménez
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