Película menospreciada por parte de los seguidores más ortodoxos de Allen. Sin embargo, he de decir que es una película que me encanta, logra en poco más de 90 minutos lo que otras tardarían horas y horas en enseñar, y no es otra cosa que el pragmatismo delante de la vida.
Allen, encarnado en un Judío Reaccionario está espléndido, y los dos actores protagonistas simbolizan la juventud actual (si bien es cierto que algo retocados, con ese toque de intelectualidad de la que mucha gente joven carece).
Una gran película, y es que yo pienso que Allen es como la energía, se transforma con el paso de los años, adopta una postura moderna con el paso del tiempo.