Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Voto de Orlok:
9
Drama Adaptación de una novela de Don DeLillo. Con el capitalismo a punto de extinguirse, los disturbios se extienden por Nueva York. El joven multimillonario Eric Packer se dirige en su limusina a cortarse el pelo en su peluquería favorita. Eric descubre que alguien quiere asesinarle a la vez que el caos se apodera de su imperio. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de David Cronenberg inició su recorrido por el Festival de Cannes, pasando por el Festival de cine de Sitges 2012 antes de su estreno en salas comerciales de nuestro país. Cosmopolis es la adaptación de la novela homónima escrita por Don DeLillo en el 2003: una breve, aunque contundente mirada al capitalismo. La novela vaticina los momentos que ahora vivimos y retrata muy bien la autodestrucción de un mundo de personas poderosas, de consumo arbitrario, en un mundo que poco a poco lo devora todo a su paso. Muestra un mundo capitalista incomprensible para muchos, que se lleva por delante todo lo que puede en nombre del progreso, y el progreso es tecnología. Un sistema vampírico que lo absorbe todo a su paso, sin miramientos, ni remordimientos.

La reacción del público ante la película es diversa, como no podría ser de otro modo, y ha creado una controversia y división de opiniones. Aunque debo dejar clara mi afinidad hacia la forma de hacer de David Cronenberg, en ningún momento me aparto de la objetividad a la hora de valorar la película. Me he encontrado con bastantes opiniones negativas, opiniones que no esperaban lo que Cronenberg nos ofrece: como cineasta está en otra fase de exploración, alejada en formas de lo que parece ser la época que muchas personas anhelan. Pero esa época es en realidad un proceso, siempre seguirá ahí para su disfrute y en cierto modo, Cronenberg sigue contando lo mismo, pero con otras formas. La forma define la función, y esta película dispone de una función clara, apunta hacía un objetivo y es innegable que nos lleva hasta ese objetivo, y lo hace a través de la forma que requiere la temática que desarrolla.

Cronenberg escribió el guión de la película en tan solo seis días: fue copiando los diálogos de la novela, sin cambiar nada, y cuando tuvo suficiente material para una película rellenó los huecos entre diálogos hasta conseguir la estructura para el guión. Se lo envió a su productor que, aunque sorprendido por la precipitación del proceso, terminó por gustarle y así, siguieron adelante. Cronenberg ha declarado en varias entrevistas que encuentra los diálogos escritos por Don DeLillo increíbles, y que los diálogos en la novela Cosmopolis son especialmente brillantes. De ahí que los diálogos a través de la imagen consigan un alto poder expresivo, aunque para gran parte del público parezcan más una lacra; pero en las películas de Cronenberg siempre se le ha dado mucha importancia al diálogo.

Otro tema es la elección del actor protagonista. Cronenberg declaró que al principio Colin Farrell iba a interpretar al personaje Erik Parker, y Marion Cotillard a Elise, el de la mujer de Packer. Resultó que Farrell tenía una agenda apretada y Marion Cotillard estaba embarazada. Por ese motivo cambió el guión, ajustándolo a un actor más joven, y algo más fiel al libro; por supuesto su mujer debía ser más joven también. Aunque Cronenberg ya remarcó que el verdadero problema es buscar financiación en base al nombre de un actor y que éste abandone el proyecto antes de lo previsto; no es un problema artístico, sino de dinero. Robert Pattinson puede ser el elemento más destacable pero también el más flojo de la película. En mi opinión, no es un buen actor, pero hay que reconocer que se ajusta a las necesidades de la película.

También hay que destacar la iluminación de la película, dirigida por Peter Suschitzky, que encaja en el universo Cronenberg. Incluso hay momentos que recuerdan más a películas del pasado, aunque remarca la estética visual reconocible en otras de sus actuales películas. Luego hay que valorar la elección de muchos planos, la disposición de los actores a través de los espacios, así como la elección de cada uno de los espacios: espacios que muestran particularidades de ciertos personajes, espacios que narran en segundo plano situaciones que orbitan alrededor de los personajes, incluso sentimientos interiores. Una de las claves que requiere Cosmopolis es un esfuerzo por parte del público: hay que procurar ver más allá de lo que se nos está mostrando, más allá de la parábola sobre el ser humano y el capitalismo, y hay que dejarse seducir por la atmósfera apocalíptica que se respira durante la película a través del estado de ánimo del protagonista.

La banda sonora, compuesta de nuevo por Howard Shore, se aleja en ocasiones de lo esperado en la díada Shore-Cronenberg, con un sonido actual y bien vinculado al contenido de la película (como la canción titulada Mecca, interpretada por K'Naan), y con ecos de la banda sonora de Crash, pero sigue manteniendo inalterable la sutileza inquietante que caracteriza las composiciones de Howard Shore en películas dirigidas por David Cronenberg.

Cronenberg consigue una vez más, esta vez a través de la novela de Don DeLillo, hablar del lado oscuro del progreso, las reacciones humanas y el comportamiento ante cambios internos, haciendo una dura crítica hacia un mundo materialista y deshumanizado. Cronenberg muestra su visión sobre la actualidad que vivimos. Cosmopolis puede ser por momentos una película irritante, con algunos diálogos que escapan a nuestra comprensión, pero también lo es la actual crisis que atravesamos, no solo económica, sinó también de valores. Esta es una película sin grandilocuencia, ni pretensión, que procura a través de la forma mostrar una función, una llamada de alerta. Cosmopolis es un clásico moderno que ataca al público, exige su participación, no solo estar sentado en la butaca recibiendo estímulos audiovisuales. No da respiro para la reflexión hasta que termina. Es una pequeña obra maestra imperfecta, como una próstata asimétrica.
Orlok
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow