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España España · Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Voto de Orlok:
10
Drama "El País de los sueños", un burdel situado en un barrio de Tokio, atraviesa una difícil situación, ya que el Parlamento está a punto de aprobar una ley que prohíbe la prostitución. Retrato de la vida cotidiana de diversas prostitutas: aquellas a las que las circunstancias obligaron a comerciar con su cuerpo, pero también aquellas otras que intentan abandonar ese medio de vida. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mizoguchi estuvo siempre muy comprometido con convencionalismos sociales, siguiendo una trayectoria cinematografica en el estilo del neorealismo, refleja la evolución social de Japón desde el feudalismo hacia la época moderna. Akasen chitai (La calle de la vergüenza) es su última película antes de morir por Leucemia a los 58 años. Ya había alcanzado un gran reconocimiento en Occidente por el éxito que había obtenido en el Festival de Venecia con películas anteriores como Saikaku ichidai onna (Vida de O-Haru, mujer galante), Ugestsu monogatari (Cuentos de la luna pálida) y Sanshô dayû (El intendente Sansho). A partir de su muerte el resto de sus anteriores películas obtuvieron una gran distribución y reconocimiento por parte del público y la critica Europea. De ese modo Mizoguchi quedó como el maestro del cine Japonés, seguido por otros consagrados cineastas también fallecidos como, Yasujirō Ozu y Akira Kurosawa.

Esta película es un reflejo objetivo de un Japón que atraviesa una transformación social en época de postguerra, el argumento se centra en unas mujeres que ejercen la prostitución en un local conocido como El País de los sueños. Cada una ejerce por motivos distintos, a través de estos personajes se muestra una reflexión sobre la abolición de la prostitución y la influencia social de un país en periodo importante de cambio. En los años 50 se aborda este tema de una forma mucho más sincera y cercana que en la actualidad, el reflejo realista de distintos dramas que viven unas mujeres y como cada una de ellas afronta el día a día en tiempos difíciles. Mizoguchi consigue con una narrativa tranquila y una serenidad contemplativa, una película emotiva e intensa. Contiene una fuerte crítica social, pero sobre todo, un precioso retrato de la mujer y su lucha por la libertad.

Una palabra que puede describir esta película es, elegancia, la composición de cada plano, la precisión con la que se coloca la cámara y encuadra una parte de la realidad, es un regalo para los sentidos. Suaves panorámicas dependientes de los personajes, de manera casi imperceptible mantiene la acción de forma continua. Sin necesidad de exhibiciones técnicas, artificios o montajes llamativos, se consigue captar la realidad y trasmitirla fuera de la pantalla. El estilo realista de Mizoguchi con medidas precisas para cada momento, en conjunto con el maravilloso trabajo de fotografía en blanco y negro de Kazuo Miyagawa, son de una sutileza que te atrapa e involucra emocionalmente. Akasen chitai se trata de una película muy personal, precisa con aquello que quiere mostrar y elocuente con su mensaje. La banda sonora de la película a cargo de Toshirô Mayuzumi es como mínimo sorprendente, puede que no al gusto de muchas personas, pero consigue hacerse recordar. En algunos momentos de la película la música consige un efecto demasiado inquietante, pero se merece una mención a parte, una extraña mezcla de sonidos tradicionales de Japón con composiciones experimentales.
Orlok
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