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Voto de Cronocrímenes:
9
Western. Aventuras Texas. En 1868, tres años después de la guerra de Secesión, Ethan Edwards, un hombre solitario, vuelve derrotado a su hogar. La persecución de los comanches que han raptado a una de sus sobrinas se convertirá en un modo de vida para él y para Martin, un muchacho mestizo adoptado por su familia. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Centauros del desierto es una pintura en movimiento, es una película para apreciar en cada fotograma.
Comienza como el final de la Odisea: un soldado llamado Ethan que vuelve a casa después de la guerra, con su familia congregándose en el porche y el perro ladrando con desconfianza. Pero al igual que el protagonista nómada del Romance sonámbulo, el regreso al hogar es más una aspiración que una realidad.

Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.

Y la aventura llama a la puerta con golpes de venganza con la masacre de toda la familia de Ethan excepto su sobrina

A partir de ahí, la búsqueda de Ethan por el desierto se transforma en un viaje hacia lo más oscuro de sí mismo, hacia el corazón de las tinieblas, hacia el odio, la venganza y la violencia. Ethan no tiene nada que perder porque nada le queda, ni un hogar al que regresar ni tan siquiera una identidad, porque su enemigo es su doble, es él mismo si hubiera caído en el lado contrario, con ese apego a la violencia, ese deseo de la destrucción del otro y ese odio irracional. Volviendo al Romance sonámbulo:

Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.

Una puerta que se abre al comienzo y una puerta que se cierra al final, y Ethan fuera, a solas con sus fantasmas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cronocrímenes
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