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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Aventuras Siglo I d.C. En la Roma de Tiberio, el joven y noble Marcelo Galio encuentra en una subasta de esclavos a la bella Diana, enamorada de él desde que eran niños, y ahora pupila del emperador. Marcelo se enfrenta en una violenta puja con Calígula, hijo y sucesor de Tiberio, y consigue quitarle al esclavo griego Demetrio. Enterado el emperador de la disputa, castiga a Marcelo enviándolo a Palestina en calidad de tribuno. Cuando llega, ... [+]
16 de marzo de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por muchos años, sobre todo en tiempos de Semana santa, me pregunté quien sería aquel hombre que clavó a Jesús de Nazaret en la cruz y luego le enterró la lanza en un costado para asegurarse de que estuviera muerto. No sé por qué, pero aunque me dolía profundamente la muerte del Mesías, me conmovía, más aún, el sufrimiento de este desgraciado. Pues Jesús lo tenía todo a su favor en la posteridad, pero este soldado podía haber perdido absolutamente todo lo que era su vida. ¿Cómo se llamaba?, ¿A qué familia pertenecía?, ¿Cómo había vivido?, ¿Qué labores había hecho como soldado?, ¿Por qué tuvo que ser él, el elegido para semejante tarea?, ¿Cómo se sintió después?, ¿Qué ocurrió con su vida?

Ahora, al ver “LA TÚNICA SAGRADA”, me doy cuenta que no soy el único que se había hecho preguntas como éstas. Y me complace saber que fue Lloyd C. Douglas, el mismo autor de esa gran obra titulada “Magnífica obsesión” (llevada con éxito al cine en varias ocasiones), el hombre que indagó profusamente sobre estos hechos y luego escribió esa emotiva, valiente e iluminada obra titulada “La Túnica” (The Rope).

Fue Henry Koster, el director que la llevó al cine, creando el primer Cinemascope en ser exhibido públicamente, y consiguiendo una obra que hace decidida referencia a algo tan relevante, comprometedor y significativo en términos de amor y humanidad, como el derecho a la redención de los peores asesinos, mediante un estudio concienzudo de su existencia. Algo como lo que haría posteriormente y con absoluta maestría, Truman Capote con su maravillosa “A sangre fría”. Esto es lo que no vió la crítica de cine que denostó la película de Koster… o quizás sea, precisamente, lo que motivó su rechazo. Sin embargo, “LA TÚNICA SAGRADA” se llevó el Globo de oro a la Mejor película y obtuvo dos premios Oscar.

El filme tiene una puesta en escena impecable; fotografía, música y edición, bastante correctas; el guión, escrito a dos manos entre Albert Maltz (uno de los notables Diez de Hollywood) y el brillante Philip Dunne ("¡Que verde era mi valle!", "El mundo de George Apley"...) está lleno de vitalidad y fuerza dramática; y un conjunto actoral muy preciso, con Richard Burton, Jean Simmons y Michael Rennie dándonos vigorosas interpretaciones. Algunos momentos son trabajados por Koster con profunda eficacia, como el encuentro de Demetrio con Judas, el seguimiento del camino hacia el calvario, o esa escena cumbre cuando, la fe absoluta y la dignidad del espíritu, se imponen contra la soberbia de los poderosos.

Esta es una película necesaria, imprescindible diría yo, para aquellos que, desde el fondo de su alma, sientan deseos de aprender a vivir como se debe.

Título para Latinoamérica: “EL MANTO SAGRADO”
Luis Guillermo Cardona
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