Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Frank Galvin (Paul Newman), un maduro abogado en decadencia, es un adicto al alcohol que sobrevive gracias a pequeños y rutinarios trabajos. Un antiguo socio le recuerda el caso, todavía sin resolver, de un error médico cometido en un hospital y del que Galvin se había ocupado. No es nada fácil para él trabajar de nuevo de forma profesional, pero su tesón es tal que no tarda en averiguar que puede ganar el caso. Es entonces cuando ... [+]
24 de agosto de 2017
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es triste y doloroso reconocerlo, pero en una sociedad como la nuestra, la honestidad, la transparencia y la defensa acérrima de la verdad, te abrirán unas cuantas puertas, pero te cerrarán muchas otras, y si eres calificado, muchas veces intentarán corromperte con la promesa de que “aquí está la oportunidad que necesitas” … y sí, por este camino muchas veces se triunfa, pero el ser humano ya no es el mismo cuando, en su fuero interno, recuerda que vendió su honor y su alma para alcanzar el éxito. Es esto lo que explica, en muchos casos, la existencia de tanta gente, “exitosa”, alcoholizada, drogadicta, depresiva, con enfermedades “incurables” y/o con inclinaciones suicidas. Y quienes, conscientes de su talento no triunfan por conservarse dignos, sienten que la vida es injusta y que la sociedad es un desastre… y también se dan casos en que se acude a cualquier tipo de psicoactivos para eludir la realidad.

En ambos casos, el ser humano está urgido de un serio refuerzo de espiritualidad, pero no lo encontrarán en una iglesia, sino buscando a Dios en su propio corazón. A los primeros, les servirá también una decidida renuncia y una reinserción en el camino recto sirviendo a quienes necesitan, y a los segundos, quizás les baste encontrarse, de pronto, en una nueva situación que despierte su sensibilidad y que les dé la posibilidad de sentirse activos en forma comprometida.

Algo así, es lo que le ocurre al abogado Francis P. Galvin, un hombre dedicado ahora al alcohol tras una serie de “fracasos” en los estrados, en los que han influido maquinaciones muy turbias. Cuando se le asigna el caso de una muchacha que, en condiciones de parto, se le han causado daños cerebrales irreparables durante el procedimiento, Galvin siente que es su ocasión de redimirse, pero, como abogado independiente y con un inexitoso pasado, va a tenerla bien difícil contra un bufete de abogados que lucen como tiburones.

Para su suerte, ¿y desgracia?, la vida pondrá en el camino del atribulado abogado a Laura Fischer, una mujer que sabe harto de carácter… y será, una muy interesante relación, que servirá de acicate para ese ser que, en plena desventaja, se esmera por hacer justicia.

Sidney Lumet, engalana de nuevo al arte cinematográfico con una trama jurídica de la mejor cosecha, en la que, como es habitual en su estilo, lo que interesa, por sobre todo, es el estudio humano donde se puede llegar al alma de seres que no son muy distintos a nosotros. A Paul Newman le corresponde un personaje harto complejo, el cual tiene que enfrentarse a una doble lucha: La primera, consigo mismo y sus anclados miedos, y la segunda, contra el poder representado en la iglesia y en una contraparte del más alto peso. Charlotte Rampling (Laura) será esa suerte de sostén que apunta a la conciencia y que, por alguna razón que nunca conoceremos, será también motivo de alguna sorpresa. Como Ed Concannon, el defensor de la contraparte, James Mason, hará un sensato abogado que sabe como jugar en un duelo que pareciera expedito; Y Lindsay Crouse, como la enfermera Kaitlin Costello, pondrá el punto más fuerte en esta brillante historia donde, lo que se intuye, quizás pese más que lo que se evidencia.

“VEREDICTO FINAL”, surge de la novela, “The verdict”, que, el jurista californiano, Barry Reed - especializado en malas prácticas médicas-, publicara en 1980, y de su adaptación cinematográfica se encargó al celebrado, David Mamet (entonces casado con la actriz Lindsay Crouse), quien tiene aquí otro de sus más preciados éxitos.

Y tiene razón, Frank Galvin: “Los débiles necesitan a alguien que luche por ellos”. ¿Qué harás tú al respecto?

Título para Latinoamérica: SERÁ JUSTICIA
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow