Nominada a la Palma de Oro y ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes, <<DE TAL PADRE, TAL HIJO>>, se erige como una magnífica lección de paternidad donde se recrea, con sumo tino y muy claros ejemplos, la diferencia entre un padre presente-ausente y un padre presente-presente, con los resultados que cada uno recibe por sus acciones.

El primero de los padres, Ryota Nomomiya, es un joven arquitecto que, mediante un trabajo excesivo ha conseguido hacerse rico. Es un hombre culto, organizado y de muy buena presencia, pero, tiene un solo hijo, Keita, que se resiente de cierta presión para hacer lo que no lo atrae; y su joven esposa, Midori, también se queja de que hace siete años que, el marido, no tiene un tiempo justo para dedicar a la familia.

Cuando, tras un repentino llamado del hospital donde su hijo naciera seis años atrás, se le notifica, que se descubrió un inesperado intercambio de niños y que, por lo tanto, Keita pertenece a otra familia y su hijo, Ryusei, ahora lo tienen ellos, el arquitecto descubrirá que, estos padres, son una modesta pareja que vive del producido de una tienda, que actúan “despreocupadamente”… y que, el padre, Judai Saiki, se convierte en un niño más cuando comparte con sus tres hijos. Esto le genera desconfianza… y así comenzará una especie de litigio acerca de ¿cuál es el lugar más favorable para cada uno de los pequeños?

Lo que veremos, desde entonces, nadie debería perdérselo, más, si se está empezando una vida de hogar donde lo que reclaman y necesitan los niños quedará claramente determinado.

El director, Hirokazu Koreeda, se reafirma como un director altamente sensible, muy hábil en la dirección de actores (especialmente los niños), y su conocimiento de la vida familiar, le permite lograr magníficas historias, ganando propiedad con cada nuevo filme.

¡Hay que ver cuanto expresan los pequeños con cada uno de sus gestos! y como, cada padre -el uno más lento que el otro, pero dispuesto a comprender-, va tejiendo ese espacio que genera seguridad y contento en la sagrada familia. Por su parte, las mujeres reflejan con claridad lo que sienten por sus parejas, y su rol tendrá la justa relevancia que poseen en los hogares.

Un eficiente reparto encabezado por, Masuharu Fukuyama (Ryota) y Lily Franky como Saiki, secundados por Machiko Ono (Midori) y Yôko Maki (Yukari), alienta con vigor esta humana y sensitiva historia que trae consigo el aroma de la permanencia.

Indispensable en las instituciones educativas, y sobre todo, en las familias disfuncionales.