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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Homer Bannon, un viejo ganadero del Oeste, no quiere saber nada de la nueva industria petrolera que poco a poco ha ido cambiando el rostro de la región y ha supuesto una enorme riqueza para todos, y mantiene serias discusiones con su hijo Hud. El joven es un irresponsable que necesita mucho dinero para poder mantener su lujoso tren de vida, dinero que no produce la cría de ganado. Entre padre e hijo se interpone el nieto del primero, ... [+]
18 de octubre de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el primer encuentro que, el personaje protagónico, Hud, tiene con su padre, se puede conocer de inmediato la suerte de caracteres que van a tropezar a lo largo de esta profunda, emotiva y nostálgica película. El señor Bannon ha reclamado a su hijo para que le acompañe a ver a una res que acaba de morir, y cuando llegan al lugar, al ver a los cuervos en manada a la espera de poder devorar a la presa, Hud se altera y les dispara varias veces con su rifle. De inmediato, su padre lo advierte con firmeza: “No me gusta lo que has hecho, Hud. Esos animales mantienen el campo limpio y hay una ley que prohíbe matarlos. No permito que se viole la ley en mis tierras”.

En adelante, comprobaremos que estamos ante dos personalidades bien distintas: El padre es un hombre de integridad a toda prueba, y al hijo sólo le interesa su propio beneficio. Son dos generaciones que, el escritor Larry McMurtry (de quien luego veríamos “La última película”), describe con suma precisión en su novela “Horseman, pass by” (1961) queriendo ilustrar la escisión que, a partir de esos años, ha comenzado a producirse no solo en el cine (fin del pujante western) sino en la familia y en la sociedad, donde antes se pensaba en los demás y ahora solo se piensa en sí mismo.

El director Martin Ritt, hombre de un virtuosismo y de una sensibilidad a toda prueba, se ha servido de sus habituales colaboradores, Irving Ravetch y Harriet Frank Jr., para dejar plasmada una historia profundamente humana que nos cala muy hondo por su esmeradísima construcción de personajes. No ocurre aquí ‘nada extraordinario’, en el sentido de que no hay confrontaciones grupales, ni poderosos enemigos, ni intensas batallas, y el conflicto apenas involucra de soslayo a la sociedad entera… sin embargo, tiene la fuerza inmensa de dos generaciones que, representadas en tan solo dos individuos, consigue dejar sentada esa serie de valores que, al perderlos, están llevándonos a la decadencia y a la desgracia.

El señor Bannon (sólidamente interpretado por Melvyn Douglas), representa los pilares de la entereza, la transparencia y el respeto, los cuales se preservan a riesgo de perder mucho de lo que se tiene. El joven Hud (Paul Newman in ascensus), es el joven a quien los demás le importan un comino, porque se ha forjado en tiempos del oportunismo, el individualismo y el irrespeto a todo nivel. Por fortuna, no es un tema para generalizar, pero ¡vaya si se nota el deplorable cambio que se ha producido en nuestra sociedad!… No es sino observar de cerca a la clase política y/o al sector financiero, y la demostración queda al alcance de la vista.

Entre padre e hijo, dos personajes más entran en escena: Lon (Brandon De Wilde adolescente, recibiendo otro gran aprendizaje como el que de niño le diera Alan Ladd en “Shane”), el nieto y sobrino que deberá elegir, para su futuro, a quien quiere parecerse; y Alma (Patricia Neal compensada con el Oscar a Mejor Actriz) la íntegra mujer que ansía un poco de paz y está dispuesta a renunciar a todo aquello que le impida obtenerla.

Impactante la escena cumbre de “HUD”, un filme magníficamente fotografiado por James Wong Howe… y esos cuatro tiros a los animales de cuernos largos, lucen algo así como un nostálgico adiós a ese cine western, donde solíamos ver a aquellos hombres de valor a toda prueba y de una integridad tan alta que, finalmente, consiguieron sostener incólume a una nación que sigue teniendo una enorme relevancia.

Creo que Martin Ritt nos ha dado aquí su primera obra maestra.

Título para Latinoamérica: “EL INDOMABLE”
Luis Guillermo Cardona
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