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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Comedia Un crítico teatral que acaba de casarse decide visitar a sus ancianas tías antes de marcharse de luna de miel. Durante la visita descubrirá que las encantadoras viejecitas tienen una manera muy peculiar de practicar la caridad. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2009
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mortimer Brewster, es un conocido crítico y escritor que se hizo famoso por ser el autor de la biblia del hombre soltero... aunque ahora está a punto de contraer matrimonio –en secreto, claro- con una adorable e irresistible chica llamada Elaine Harper. Entonces, el día de halloween –lo que es un mal presagio– decide aparecerse con su novia, donde las más encantadoras, nobles, generosas… y singulares tías que un hombre pueda tener.

Abby y Martha Brewster, viven en una modesta casa de dos plantas, en algún lugar de Brooklyn. Las acompaña un sobrino que se hace llamar “Teddy Roosevelt” porque, en un estado de encantadora megalomanía, está convencido de que él es el recordado presidente. Perturbador de la paz de los vecinos con sus toques de clarín y quien cava cada nueva "compuerta" del “Canal de Panamá” que necesitan las tías para dar cristiana despedida a los ancianos abandonados y tristes que llegan como inquilinos… y que ellas, compasivamente, envenenan.

La fórmula es indolora: Unas gotas de arsénico, una pizca de estricnina y un tris de cianuro, todo mezclado en un delicioso vino de Baya de Sauco. Ningún anciano lo resiste y las ancianas los pasan a mejor vida para que no sufran nunca más ¡¿No son encantadoras?!

Y todavía falta que aparezca el Boris Karloff de la familia. Un psicópata llamado, Jonathan, quien carga consigo a un cirujano de dudoso talento (el Dr. Einstein) quien lo opera luego de cada asesinato (ya lleva doce y está a la par con sus adorables tías). Él se encargará de traer otro tieso regalo y las cosas se complican… siendo una fortuna que allí nadie sea lo bastante cuerdo… excepto Mortimer, que reluce por ser a su manera un tanto imbécil.

Con éste lujoso plantel -al que se sumarán otros encantadores refuerzos secundarios-, el director Frank Capra, consigue una de las comedias de humor negro más inteligentes, corrosivas y divertidas de todos los tiempos.

El guión de Julius J. y Philip G. Epstein (“Four Daughters”, "The Man who Came to Dinner", “Casablanca” …), basado en la exitosa obra teatral de Joseph Kesselring, es un fabuloso juego de situaciones premonitorias, cinismo y mordacidad, en un torrente que se mantiene hasta la inevitable palabra fin. Esa combinación de horror-humor, cuaja de una manera supra-efectiva como nunca se ha visto en el cine, y Capra consigue, así, otra obra maestra que se suma a una de las filmografías más fascinantes del séptimo arte.

El reparto se merece un largo aplauso: Cary Grant como el asombrado sobrino Mortimer que parece preguntarse ¡¿por qué me ha tocado semejante familia?! Las vitales y efectivas, Josephine Hull (la tía Abby) y Jean Adair (como la tía Martha), quienes, junto a John Alexander (“Teddy”), repiten los exitosos roles que, por una larga temporada, hicieron en los tablados de Broadway. Raymond Massey, en un frankensteiniano rol que impone gran parte del humor negro a la trama; y Priscilla Lane, una adorable chica que, con su belleza y su ternura, matiza la lóbrega intimidad de aquella alocada familia.

¡A la carga!
Luis Guillermo Cardona
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