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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Western Joe Bass (Burt Lancaster) es un experto trampero al que los indios kiowas arrebatan las pieles que ha conseguido tras un invierno de duro trabajo. A cambio, los indios le entregan un esclavo negro. Pero Bass no se resigna e intentará recuperar las pieles por todos los medios. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la línea de las conocidas road-movie, hay una serie de títulos que podríamos reunir con el nombre: El Vengador del Camino. Se me vienen a la mente títulos como, “Chato’s Land”, “Duel”, “The Hunting Party”, y otras tantas en las que, un largo viaje se convertirá en un infierno para los viajeros… sobre todo si, previamente, hicieron algo que no debían.

<<EL CAMINO DE LA VENGANZA>>, también puede inscribirse en esta lista, pues, en su afán de rescatar unas pieles que “intercambiara” por un esclavo con los indios Kiowa, un hombre llamado Joe Bass, terminará persiguiendo a una pandilla de cazadores de cabelleras (scalphunters) quienes se solazan asesinando indígenas para vender luego sus preseas a 25 dólares la unidad. Bass, siente un sincero aprecio por los nativos, y el haber visto masacrar a un grupo de kiowas, lo lleva a perseguir implacablemente a la banda de Jim Howie… y muchas acciones se darán en el camino mientras va conociendo más profundamente al especial esclavo que recibiera como pago.

Joseph W. Lee, es el nombre de este afrodescendiente que se define a sí mismo como miembro de los comanches, y su amplia cultura, sobre todo en lo que atañe a idiomas y cuestiones esotéricas, va a descrestar a más de uno… y así, se irá ganando su respeto. La relación que sostiene con, Joe Bass, resultará tan divertida como aleccionadora, y en general, la película deja un grato sabor, pues, se inscribe con decisión entre el cine progresista.

En el desarrollo de la trama -dinámica y entretenida de principio a fin- hay escenas que el director, Sydney Pollack, resuelve con mucha eficacia (el ataque con rocas que realiza, Bass, contra la caravana; el enloquecimiento de los caballos…) y el trabajo con los actores es espléndido, logrando un conjunto de personajes que no deja nada que objetar. Sobre todo, Ossie Davis, hace una magnífica interpretación del esclavo que anhela llegar a México, “un país donde la esclavitud no existe”, pues, como él mismo dice: “Mejor mendrugos en libertad que tortas en esclavitud”.

William Norton, un escritor y dramaturgo de padres mormones, cuya religión cuestionaba (en la película hay una alusión a esto), fue uno de los más constantes activistas de la primera mitad del siglo XX, lo que le valdría convertirse en uno de los tantos perseguidos por la retrógrada HUAC. “The Scalphunters”, fue su primer guion en el género western para el que luego escribiría, “Sam Whiskey” y “The Hunting Party”, mientras hacía parte del movimiento, Teología de La Liberación, impulsado por Leonardo Boff.

No obstante los elementos en común con otros títulos, el guion de, <<EL CAMINO DE LA VENGANZA>>, resulta harto novedoso, pues, Pollack es bastante recursivo, y al recrear la relación entre “amo y esclavo”, consigue contrastarlos -y ligarlos- de manera bien significativa. Hay detalles muy precisos: Las lúcidas ideas que surgen de cada uno; sus corazones benévolos con los indios; el caballo de Bass respondiendo al silbido de ambos; y ese plano de los dos embadurnados de lodo (igualándolos), luego de probar que tanto el uno como el otro son suficientemente fuertes… ¡Ah, el plano de cierre es inmejorable!

Este es el Pollack que me gusta y, Burt Lancaster, seguía demostrando porqué fue uno de los grandes.

Título para Latinoamérica: CAMINO DE LA VENGANZA
Luis Guillermo Cardona
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