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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Cine negro. Intriga Michael O'Hara (Orson Welles), un marinero irlandés, entra a trabajar en un yate a las órdenes de un inválido casado con una mujer fatal (Rita Hayworth) y queda atrapado en una maraña de intrigas y asesinatos. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con frecuencia, me sorprendo y me motiva una plácida sonrisa, las causalidades de la vida. Con la pretensión de hacer un poco de espacio en mi biblioteca, para guardar unos nuevos libros adquiridos recientemente, me encontré, este fin de semana, con “El amante de Lady Chatterley” de D.H. Lawrence -libro que leí hace ya bastantes años- y tomándolo como opcionado para retirarlo de mi biblioteca, me senté dispuesto a echarle una hojeada. Comencé leyendo (resumo ideas descriptivas):

“La nuestra es esencialmente una época trágica (…) No hay un camino suave hacia el futuro, pero le damos vuelta o nos abrimos paso entre los obstáculos. Hay que seguir viviendo a pesar de todos los firmamentos que se hayan desplomado. Esta era, más o menos, la posición de Constance Chatterley. Se había casado con Clifford Chatterley, durante una vuelta a casa con un mes de permiso (…) Luego, él volvió a Flandes para ser reexpedido, seis meses después, más o menos en pedacitos. No murió y los pedazos parecían irse soldando nuevamente (…) Días más tarde, le dieron de alta con la mitad inferior de su cuerpo paralizada para siempre.

Cuando comencé a ver, anoche, “LA DAMA DE SHANGAI”, y conocí a Elsa y a su esposo, el abogado Arthur Bannister, también discapacitado, exclamé: ¡Lady Chatterley! No sé si fue ocurrencia del novelista Sherwood King o de Orson Welles como director, pero las coincidencias no terminaban ahí.

En el libro, había encontrado una frase que tenía subrayada porque me había llamado la atención: “La libertad hermosa y pura de una mujer, es infinitamente más maravillosa que cualquier acto sexual. La única desgracia es que los hombres estén tan retrasados que, en este asunto, insistan en el sexo como perros”. También, Elsa, despierta motivaciones de este tipo. Los hombres se fijan más en su sensual figura que en su ser… y quizás sea, esto, lo que nunca le permita descubrir cuanto vale realmente.

Más adelante, dice en el libro: “Aquel invierno les visitó Michaelis, un joven irlandés”. Es este un dramaturgo de 30 años que pasa por un mal momento. Welles ha llamado a su protagonista y narrador, Michael O’Hara. Tiene poco más de treinta años, igual está en las bajas y además es irlandés… y también atraerá a Elsa, como Michaelis a Lady Chatterley. Hasta titular la película “The Lady from Shanghai” es una forma de asociarla.

Luego, cuando en la película vemos a O’Hara caminando con Elsa por la Calle del Mercado (¿Por qué a veces la llamará Rosalind?), se escucha de fondo una versión instrumental de “Amado Mio”, la canción que Rita Hayworth inmortalizara en su celebérrima “Gilda” … y entonces, recordamos que, en este filme, también la protagonista está casada con un discapacitado, mientras ama secretamente a un joven que trabaja para él.

Constance > Gilda > Elsa, tres mujeres apasionadas, tres amores prohibidos que la inteligencia humana quizás pueda llegar a comprender.

Lo hecho por Welles tiene mucho atractivo, aunque, cual si fuera una maldición, ¡otra vez fue víctima de severos tijeretazos del productor (¡casi una hora!): La trama es compleja, pero, brillante. Contiene momentos de alto impacto como el del simulado “asesinato” o el del salón de espejos, y también tiene situaciones de alta sátira como la del ‘No fume’ en la estación de policía o la escena del juicio donde, Welles, recrea muy bien lo que piensa de la “justicia”. La ambientación en el yate -propiedad de Errol Flynn-, se presta muy bien para el sensual lucimiento de la bella Rita; y las actuaciones, dan lugar a personajes fuertes y singulares, con especiales interpretaciones de Everett Sloane, como el criminalista Bannister, y de, Glenn Anders, como el neurótico Grisby.

En definitiva, y contra todo, “LA DAMA DE SHANGAI” es uno de los filmes más logrados que consiguiera darnos el controvertido Orson Welles.

¡Ah!, "El Amante de Lady Chatterley", volvió a su lugar en mi biblioteca.
Luis Guillermo Cardona
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