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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Drama. Romance. Thriller Varias historias interrelacionadas en una libre adaptación de 'La Ronda', novela de 1900 del escritor austriaco Arthur Schnitzler. Durante un viaje de negocios, un hombre (Jude Law) duda sobre serle infiel a su mujer (Rachel Weisz). Una joven eslovaca (Lucia Siposová) se inicia como prostituta de lujo en Viena, a pesar de las críticas de su hermana (Gabriela Marcinkova). Una joven brasileña (Maria Flor) decide abandonar a su novio ... [+]
7 de julio de 2013
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El mundo es un pañuelo. Y conforme a la teoría de esos seis grados de separación que nos conectan con cualquier otra persona del planeta y unos cuantos personajes Fernando Meirelles nos propone un juego en el que cada uno de ellos da paso a otro para, a través de sus distintas historias, recorrer diferentes puntos de la geografía. El juego es entretenido e invita a entrar en él, las historias se siguen con interés pero “360. Juego de destinos” no puede evitar caer en uno de los handicaps que suelen conllevar este tipo de películas, esto es la irregularidad que ofrece el conjunto una vez conformados los distintos episodios en una misma trama. Esto y la propia singularidad de la película que obliga a forzar un tanto el guión para que los personajes lleguen a conectar unos con otros, lo que da rienda suelta a un sinfín de casualidades que el espectador se ve obligado a aceptar para seguir el juego, son sin duda los puntos flacos de un film que sin embargo funciona gracias a la pericia de Meirelles a la hora de retratar distintos aspectos y déficits de comunicación y relaciones personales que nos son comunes y globales.

Sin llegar a la excelencia de la estupenda “Ciudad de Dios”, Meirelles nos acerca a unas vidas que reclaman tomar decisiones. Encrucijadas personales que mejor o peor resueltas cambiarán el devenir de unos personajes entregados a un destino del que quieren ser dueños. Y aunque en la resolución de la historia que acaba por redondear el círculo de la trama Meirelles parece concebir una mínima luz de esperanza para ellos, uno no está seguro de si ese poso de amargura que impregna la película desde el inicio acabará por evaporarse o se trata simplemente del signo de los tiempos.


Lo mejor: volver a reencontrarnos con Anthony Hopkins.

Lo peor: que nos quedemos con más ganas de Rachel Weisz.
AMQE
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