Después de ese sorprendente y original debut que significó “Moon”, Duncan Jones nos presenta otro relato a caballo entre el thriller y la ciencia ficción en el que vuelve a destacar la buena capacidad del director para manejar historias de pocos personajes y menos escenarios. “Código fuente” sigue la estela de su film de debut (esa cápsula donde despierta Colter Stevens , heredera de la nave en la que vivía el personaje de Sam Rockwell), pero incorpora elementos de thriller urbano en una historia donde Hichtcock y H. George Wells parecen darse la mano. Y es que en este sentido Duncan Jones va dejando pistas en escenas aparentemente banales que cobrarán su importancia minutos más tarde, y aunque seguramente el espectador más avispado no tardará mucho en atar cabos, el juego propuesto por Jones acaba atrapándote irremediablemente.

La parte más científica del relato, si bien interesante, quizás está algo menos desarrollada de lo que cabría esperar después de la carga filosófica que traía “Moon” consigo. Aquí se aprecia una apuesta por la comercialidad . Se potencia el aspecto más dramático, ese romance y la relación paterno-filial, y se olvida de darle a la película un empaque más adulto. Concesiones en todo caso esperables ante una primera incursión en Hollywood que en cualquier caso no le hacen perder identidad al director británico. Con sus virtudes y defectos “Código fuente” deja un buen sabor de boca y hace que esperemos ya con ganas la próxima nueva propuesta de tan original director.

Lo mejor: la confirmación de Duncan Jones como un buen narrador de historias.

Lo peor: cierto tufillo patriótico-militar.