Más de tres décadas después del estreno de “El Resplandor” (The Shining, 1980), seguida de su tremenda popularidad que ha hecho envejecer muy pero que muy bien a una de las más queridas y odiadas películas de Stanley Kubrick, no podía faltar quien, como Rodney Ascher, ideara éste curioso proyecto en forma de documental poniéndose así manos a la obra empezando a rebuscar en los recovecos, tanto técnicos como argumentales y sin caer en el “making-off” (más bien rodados con el fin de simultanearse con el proceso del rodaje y de eso ya se encargó una de las hijas del director de “Espartaco”), para acabar succionando todo lo que se oliera a paradigmático en lo que se puede describir como un análisis detallado sobre las intenciones de un director tan perfeccionista como lo era Kubrick, a la hora de hacer frente a la película que ha estado realizando antes que profundizar en ella.

Teorías dispares sobre si el hombre llegó o no a la Luna (objeto también de un engañoso aunque simpático reportaje cuyo título no me acuerdo y que se rodó para la cadena ARTE) reflejadas en algunas secuencias, o referencias directas al holocausto judío así como algunos mensajes subliminales que pueden ir más allá de la intencionalidad pretendida en cada uno de los personajes representados (desde la familia Torrance al completo o los fantasmas que pueblan el hotel Overlook, que en según qué ángulos corresponde a un decorado o a un edificio distinto).

Un entretenido documental que sirve como entremés a todo un film que dejó huella para que unos pocos se deleitasen a mayor gloria de una mayoría que esperaban resolver la respuesta a algún interrogante.