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Voto de Natxo Borràs:
7
Comedia. Fantástico Investigando para su nueva novela, Charles invita a cenar a su casa a Madame Arcati, una médium. Pero, para su sorpresa, a partir de esa sesión de espiritismo a Charles se le aparece su difunta esposa Elvira. Ruth, su actual mujer, cree que Charles se está volviendo loco hasta que su esposo llega a demostrarle la presencia de Elvira. A partir de ese momento la vida de Charles se convierte en un autentico disparate debido a la rivalidad ... [+]
22 de noviembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lean ya consolidó su carrera en una primera etapa en el Reino Unido, país de origen de un director que Hollywood aún le debe mucho pese haber confiado en él en grandes superproducciones como “Lawrence de Arabia” (1962), “Doctor Zhivago” (1965), “La Hija de Ryan” (1970) o incluso “Nostromo”, que aunque la tíbia acogida de “Pasaje a la India (1984) quería emprender un proyecto que quedó truncado al fallecer en 1991.

En ese primer período inglés firmaría una de los clásicos más conocidos del drama romántico, “Breve Encuentro” (Brief Encounter, 1945) donde la emoción y las lágrimas no daban tregua en esa historia de dos almas gemelas que se conocen en la cafetería de una estación de tren y emprenden un viaje sentimental imposible a sus asentadas condiciones.

Pero Lean ya se desenvolvía muy bien en un género radicalmente distinto como es la comedia y un par de años antes adaptó una obra de Noel Coward en el que somos partícipes del sainete sobrenatural en cuestión y como un espectro le hace la vida imposible a un vivo sufridor. Y eso es lo que le ocurre a Charles Condomine (Rex Harrison), un escritor de novelas de misterio que, después de quitarse el luto de viudo, se vuelve a casar con Ruth (Constance Cummings), una mujer algo posesiva pero que en principio no se entromete en las tareas profesionales de su querido esposo. Para ello ya se encargará la difunta primera esposa Elvira (Kay Hammond) cuyo fantasma es invocado por accidente en una amena sesión espiritista. A partir de allí todo serán recriminaciones e indirectas, amén de otras situaciones cómicas que hacen pasar una agradable velada para el espectador, y una horrible pesadilla para un hombre que intenta entender porque tiene que ser el foco de atención de la rivalidad entre dos mujeres; una viva y otra muerta.

Una comedia sencilla y muy divertida. Recomendable para quienes gusten del buen cine sacado del buen teatro.
Natxo Borràs
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