Woody siempre ha sabido reinventarse, pero manteniendo una línea constante. En este largometraje el neoyorkino aplica la ley de que si algo funciona, para qué cambiarlo.
Los personajes son los que encontraríamos en la mayoría de sus films, pero ninguno de ellos logra sorprendernos. Hay buenos secundarios como Treat Williams o Debra Messing, pero en cambio nos encontramos con una Téa Leoni que no logra brillar.
No vamos a negar que la trama es ingeniosa, ya que es sin duda una crítica al Star System de Hollywood, pero que acaba quedándose acartonada, debido algunos puntos del guion que no acaban de estar bien rematados. No lo voy a negar que esperaba mucho más con el resultado y que al fin me quedé a medias.