La serie merece la pena por las siguientes razones:
- Los diálogos, sobre todo los de madre e hijo, son realmente divertidos.
- El personaje del padre es un auténtico cretino descerebrado, pero que a pesar de ser un impresentable de órdago, a todos nos caerá bien.
- El matrimonio de los vecinos es una especie de "aquí no hay quien viva" pero entre dos.
- La amiga viciosilla te hará reir, todo le recordará a sexo y a poca madurez.

Los veinte minutos que duran nos darán múltiples sonrisas, pero es cierto que la evolución de los personajes y sus verdaderas motivaciones son un poco vacías en ocasiones. Vale que es una serie, pero hay cosas que son un poco insostenibles... spoiler. Quizás sea un poco tajante, pero pienso, y cada día más que una buena película-serie ha de caracterizarse porque los personajes se transforman, o no lo hagan pero por ser fieles a sus principios.

Digamos que la serie es algo así como Californication, más light y en versión femenino. Mucho menos prufunda y con un argumento del pelo. Pero véanla, qué cojones, seguro que cuándo oigan la palabra "samurai" se partirán el culo.