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Voto de Francesca:
6
Thriller. Drama Gustave Manda es un peligroso criminal que, después de escapar de prisión, va a París para reunirse con sus socios y se ve envuelto en una matanza entre bandas rivales. Antes de abandonar el país, Gu necesita dar un último golpe para conseguir dinero, pero es perseguido por el inspector Blot. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2014
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean-Pierre Melville comenzó su carrera con un sobrio El silencio del mar (1949), adaptación de una novela de Vercors, que relata la estancia de un oficial nazi en una granja durante la Ocupación. Fiel un estilo austero y negro, rueda El silencio de un hombre (Le samuräi, 1967), con Alain Delon como sicario impenetrable. El ejército de las sombras (1969) se mete dentro de la Resistencia para ver la dinámica, los miembros, los apoyos, los “trucos”… no es una película de acción. En el ejército… las relaciones entre Melville y los actores fueron extremadamente conflictivas. Protagonizada por Lino Ventura, llegaron a comunicar por persona interpuesta y no directamente. Hasta el último aliento fue rodada 3 años antes con Lino Ventura también como protagonista.

En cuanto al guion, se basa en la novela de José Giovanni. Giovanni fue un exreo acusado de pertenencia a banda mafiosa y complicidad en asesinato, que intentó fugarse. El relato llamó la atención del cineasta Jean Becker que propuso adaptarlo al cine. La vida misma de José Giovanni, autor de 33 guiones, es una historia llena de sobresaltos. Otro de sus guiones fue Dos hombres en la ciudad (1973), protagonizada por Alain y constituye un brutal alegato contra la pena de muerte. Mucho menos lograda La última esperanza (Comme un boomerang, 1976), igualmente protagonizada por Delon.

En fin, todo este circunloquio para mostrar los encuentros entre cineastas, actores y guionistas. En esta película, de género negro no hay apenas sangre (salvo un par de disparos). Diálogos ingeniosos entre personajes que se buscan la vida. Cuando aparece el inspector Blot (Paul Meurisse) la escena crece, con su fina ironía que usa para abrirse camino entre truhanes. “El coraje no evita el peligro”, advierte Blot al dueño de un cabaret de alto standing y lugar de reunión de malhechores. En otro registro, Gu (Lino Ventura), algo atormentado, galán si es necesario, contundente si la acción lo requiere.

Lealtades, traiciones, búsqueda de alianzas, huidas. Retrata la vida de gánsteres, que no son necesariamente violentos (salvo necesidad, claro y lejos en todo caso del efectismo de las bandas de Scorsese, por ejemplo), pero que no saben vivir de otra manera.

La primera hora es un tanto lenta y uno se pierde entre las diferentes tramas que se ponen en marcha: la huida de Gu, el golpe que está tramando Ricci, el que monta Paul y la investigación llevada a cabo por el comisario Blot. Poco a poco los hilos se van entrelazando hasta un final explosivo.

Quizás no es la mejor obra de Melville, pero muy apto para amantes del género negro, de Melville, de Ventura.
Francesca
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