Bueno. Mejor de lo que esperaba, pero tampoco vale demasiado la pena. El problema con los vampiros es que cada vez que se hace una película o libro sobre el tema, son seres completamente distintos. Tenemos al Drácula de toda la vida, los que salían en la peli de Van Helsing, los de Crepúsculo, los de Anne Rice… Y ahora tenemos a los pelmas estos de Daybreakers. Y mira que el planteamiento inicial es, como mínimo, curioso. Y aunque tiene muchos puntos que son cuestionables, hasta llegaría a ser un filme interesante. Pero se queda en “entretenido”, asecas. Para empezar, el principio. Resulta que la sangre humana se ha acabado (y la de los animales, asumo, porqué no hay ni uno en toda la película, excepto murciélagos, que parece que son intocables). Pues bueno, ¿han tenido que esperar a darse cuenta cuando solo faltaba un mes para que se agotara?
Luego tenemos al prota, que es el típico vampiro buena persona, que está descontento con su situación (como Brad Pitt y Robert Pattinson, es decir, NADA NUEVO), que topa por casualidad con unos humanos, (mira que es grande este mundo y él se da de morros con el único coche con humanos que corre por la ciudad) , y decide ayudarlos. Por el camino aparece la chica, (sosa), el Duende Verde, (Dafoe, que aquí es una espécie de luchador cruzado por la humanidad), y un hermano que a mí me sobra. Vale que su personaje tenga matices, porqué cambia, y al final muere trágicamente intentando redimirse (todo un clasicazo). También tenemos al malo malísimo doctor Grant (Neil), quien es el vampiro malo del filme.