Haz click aquí para copiar la URL
España España · bilbao
Voto de ernesto:
9
Drama. Comedia Lester Burnham (Kevin Spacey), un cuarentón en crisis, cansado de su trabajo y de su mujer Carolyn (Annette Bening), despierta de su letargo cuando conoce a la atractiva amiga (Mena Suvari) de su hija (Thora Birch), a la que intentará impresionar a toda costa. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años se han visto docenas de películas que se encargaban de echar por tierra el modo de vida americano, conocido como american way of life.
Maravillosos barrios de casas unifamiliares, donde todo el mundo se conoce, se respeta y se ayuda. Familias perfectas que desayunan todos juntos en sus espaciosas cocinas. Maridos que cortan el césped mientras sus encantadoras mujeres hacen una tarta de arándanos. Toda esta colección de clichés ha dado pie a retratos bastante despiadados de los cuales American Beauty no solo es el más conocido sino también posiblemente el mejor.
American Beauty nos presenta al clásico matrimonio de clase media con una hija que vive en en uno de esos barrios. Pero en el momento en que la película empieza a profundizar un poco en los personajes se ve que algo huele a podrido en su interior. Un marido anulado en su trabajo y en su vida familiar, completamente aburrido de su existencia, que solo empieza a sentirse vivo otra vez ante presencia de la atractiva amiga de su hija adolescente. Una esposa insatisfecha, insegura y desquiciada que no soporta no estar a la altura de lo que se espera de ella. Una hija que se siente ignorada, llena de resentimiento hacia sus padres y la vida en general. En este complicado panorama el director Sam Mendes, apoyado en un espléndido guión del prestigioso Alan Ball, se encarga de envolver toda esta capa de mugre en un delicado pero demoledor papel de celofán. Su trabajo resulta de una sensibilidad extrema y hace honor al título de la película, que se paladea como un caramelo dulce por fuera pero muy amargo en su interior. La afortunada aparición del personaje del vecino que lo graba todo con su cámara le da una dimensión especial a toda la narración, ya que en él se encuentran muchas de las claves de la película.
Sam Mendes debutó de forma brillante en el cine con esta película, aunque se puede decir que lo tuvo todo a su favor. Además de la producción de Spielberg, y de un guión impecable e implacable se rodeó del mejor reparto posible donde se combinaban rostros veteranos con los de jóvenes promesas trabajando todos ellos al mismo nivel. Memorable resulta el personaje que interpreta Kevin Spacey, y el actor lo interpreta con absoluta sencillez. Brillante resulta el trabajo de Annette Bening, siempre al borde del abismo, pero sin pasarse nunca. Y junto a ellos el resto del reparto del que es difícil destacar a uno solo.
Para rematar la faena el compositor Thomas Newman envuelve con su música toda la historia de forma tan sutil como fascinante.
Al final los personajes los personajes han recorrido un camino, y desde luego ya no volverán a ser los mismos. Es posible que todavía les quede algo de esperanza y sean mejores que al comienzo.
ernesto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow