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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Drama Tras la trágica muerte de su segunda esposa, el conocido periodista deportivo Joe Warr (Clive Owen) tiene que hacerse cargo de su hijo de seis años. Su situación se complica aún más cuando Harry, el hijo de su primer matrimonio, se traslada a Australia para pasar una temporada con él. Entonces, tendrá que arreglárselas para sacar adelante una familia formada exclusivamente por chicos. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2011
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El pobre Scott Hicks empezó la casa por el tejado en esto del cine. En 1996 se dio a conocer con una película que, en principio, estaba destinada a pasar desapercibida, pero que nadie sabe por qué arrasó. Shine, la biografía del pianista David Helfgott, le abrió las puertas de Hollywood de par en par, le llenó de candidaturas al Oscar, y le dio repercusión en medio mundo.
A partir de ese momento Scott Hick pasó a ser un director en la nómina de Hollywood que, independientemente del mejor o peor resultado artístico de sus películas, nunca ha vuelto a destacar por nada de lo que ha hecho. Se ha acabado convirtiendo en un director tan eficiente como gris, si es que alguna vez llegó a ser algo más.
En su última película, Solo ellos, vuelve a Australia para dirigir un melodrama sencillo, previsible y eficaz, con la colaboración del actor Clive Owen, principal protagonista de la historia.
Owen interpreta a un periodista deportivo que después de abandonar su vida familiar en Londres, se instala en Australia con su nuevo amor, con la que tiene un hijo. Pero una enfermedad fulminante le deja viudo. Ahí comienza una nueva vida, en la que tendrá que compaginar el cuidado de su hijo pequeño con su intensa vida laboral. Además su hijo adolescente viaja desde Inglaterra para pasar un tiempo con él y con el hermano al que no conoce. Entre tanto una suegra que no ve con buenos ojos la forma en la que afronta el cuidado de su nieto, y una nueva amiga con la que entabla una relación especial, colaboran para que el caos en el que vive el protagonista sea mayor si cabe.
Con este argumento que nadie se lleve a engaño. La película es exactamente lo que uno se espera de ella, un melodrama de regusto dulzón, en el que las cosas van pasando en el orden en el que tienen que pasar, los problemas a los que hacer frente llegan a su debido momento, y las soluciones finales son justamente las que tienen que ser.
En cualquier caso, y aunque la película nos la sepamos de memoria desde el primer minuto, no se puede negar que Scott Hicks ha conseguido esquivar con cierta habilidad esos clásicos momentos de emoción desaforada que cabe esperar en una historia como esta. Las lágrimas en Solo ellos son moderadas, y la historia acaba resultando más sobria de los que se podía esperar. Esto sumado a que Clive Owen hace una interpretación contenida y sin ningún exceso, ayuda a que la película, finalmente, deje un sabor de boca más o menos agradable.
Lo que Solo ellos no va a conseguir, es que la carrera de su director salga de ese tono gris en el que lleva casi desde el principio.
ernesto
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