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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Intriga Víctor (Leonardo Sbaraglia) llega con su novia (Leticia Brédice) a París, donde toda su familia se ha reunido en torno a su padre (Fernando Fernán Gómez), un importante empresario al que le han diagnosticado un tumor. Un día, lo sorprende tirando las pastillas y vistiéndose a escondidas para intentar escapar de la clínica. Víctor, conmovido por la soledad del anciano, intenta ganar su confianza y convertirse en su cómplice. (FILMAFFINITY) [+]
9 de junio de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
193/11(08/06/22) Infravalorado drama familiar en formato thriller de misterio, un fascinante film que tea trapa en sus malsanas redes de misterios, secretos, mentiras, traiciones, falsas apariencias, conspiraciones, infidelidades, hipocresía, amores rotos, un cautivador retrato desesperanzador de un clan. Dirige Antonio Hernández en lo que es sin duda su mejor obra, de hecho el resto difícilmente rozan el aprobado (con espantos como el remedo del ponzoñoso concurso Gran Hermano, “El Gran Marciano” o “Capitán Trueno”), sin embargo en esta cinta que escribe junto a Enrique Brasó (consiguieron el Goya al mejor Guión Original) parece ser se le aparecieron las musas de modo envolvente para regalarnos una película absorbente, con un desarrollo apasionante, con situaciones en los márgenes con fuerza dramática, y todo ello apoyado en unas actuaciones sensacionales, que embisten unas caracterizaciones espléndidas, todas bien dibujados, incluso los secundarios, todos con dimensión humana, aquí no hay buenos y malos, solo seres falibles, con sus virtudes y defectos, todos con sus comprensivas motivaciones, todos con dimensión humana. Una indagación psicológica con punzón acerado en una familia aparentemente de triunfadores, una prole acomodada, excelente cuando se encuentran con venido de fuera, la alegría y entusiasmo que desprenden y como a medida que avanza la trama las máscaras van cayendo, y es que cuando se rasca encuentras todo un reguero de toxicidad, en un relato que cual cebolla se van desplegando capas y capas en giros sorpresa bien manejados, con dosis de intriga, y todo funcionando de modo orgánico, provocando emociones, sensaciones encontradas, deseando saber el espectador tanto la verdad como el protagonista, en un crescendo dramático cautivador, para desembocar en un c límax estremecedor, de los que cala y te toca el corazón.

Un reparto de lujo que desbordan la pantalla varios de ellos. Empezando por un Tótem como Fernando Fernán Gómez que a sus 81 años hace de lo extraordinario lo natural, con una interpretación Titánica, de las que dejan huella, su gama de expresividad es antológica, su mirada, sus gestos, sus andares, su modo de hablar temeros, el patetismo y a la vez ternura que desprende en su paranoia, y dolor interno a flor de piel te, Homérico como se confunde el actor y el rol, en lo que fue su última y gran actuación. A través de su Max se hace una radiografía punzante en la enfermedad del Alzheimer, en lo volubles que pueden ser los recuerdos, como estos pueden ser frágiles ante las cortinas del tiempo, como las heridas del pasado pueden no llegar a cicatrizar y estar latentes en el sub consciente para emerger cuando la costra que nos hemos autoimpuesto para seguir adelante revienta

Todo esto en un desarrollo ágil, límpido, con sub tramas que refuerzan la idea del análisis familiar, y por ende del matrimonio. Donde todo se mezcla de modo hábil, con problemas con la exitosa empresa familiar, con divorcio en ciernes, con adulterios entre cuñados, con celos sobre camarillas familiares. Todo ello con intensidad, con fluidez narrativa, con goteo de escenas incisivas. Con el corazón puesto en esa entrañable relación paterno-filial entre Max y Víctor, como el segundo se siente atrapado en el drama interno que vive su senil padre, como se siente conectado a su sufrimiento, y esto le hace convertirse en detective. Y con ello paseamos por la hermosa París, por sus calles, cafés, plazas, y sobre todo la estación de tren. Un recorrido cargado de piezas sueltas, de elementos velados que se deben desentrañar, superando las barreras, llevándolo a un viaje al pasado para revivir el momento clave de la estación de tren.

Leonardo Sbaraglia como Víctor, está notable, con una química formidable con Fernán Gómez, tiene ententes chispeantes con la Chaplin, apoteósicas sus discusiones. Aunque le falta compenetración con Ana Fernández; Geraldine Chaplin está Maqna como la cuasi-villana, un volcán de fuerza y carácter, derrocha pundonor y genio, majestuosa, aparte de lo ya mencionado de los duelos con Sbaraglia, en el último es Colosal la ira que desprende y ello con una clase y elegancia Imperial; Adriana Ozores como Pilar, resulta soberbia en un papel que podría haber pasado sin pena ni gloria, como un cliché de ex amargada, pero la actriz madrileña le imprime una potencia colosal a su interpretación, desbordante en cada una de sus intervenciones, tanto que es capaz de opacar al resto con su naturalidad y frescura, la escena de la comida cuando aparece la amante del marido y la de la habitación de hotel de este son apabullantes, como se enfrenta a la amante, la atraviesa con su radiante carácter; Roberto Álvarez como Luis despliega humanidad, la fragilidad típica masculina de que a la crisis de los 40 hay que dejar a la mujer para buscar una más joven, eso se intuye en este jovial hombre, cumple bien; Ana Fernández como Carmen, está un poco desubicada, siendo una gran actriz no la termino de ver como la pasional amante; Leticia Brédice como Eileen cumple en un papel de apoyo, plasma simpatía y cariño por Víctor, haciéndonos ver sus dudas, buen en su papel; Alex Casanovas como Alberto es el más desdibujado del elenco, un cliché de lobo arribista que anhela el poder; Alfredo Alcón como Alfredo en una sola escena deja patente su regio carácter, derrocha sentimientos encontrados, lástima que me chirríe escucharlo con acento argentino, esto deberían de haberlo solucionado con algún recurso de guión; Mónica Estarreado como la ex niñera Beatriz inunda la pantalla con su lozanía juvenil, pero no está para más, cuando se enfrenta a la Ozores se la ve encogerse hasta desaparecer entre las garras de esta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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