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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Comedia. Musical. Romance El matrimonio formado por Steffi y Bob es el paradigma de la familia burguesa de Nueva York: son ricos, liberales y socialmente comprometidos. Steffi estuvo casada con Joe, un tipo sin suerte con las mujeres, con quien tiene una hija algo inestable. Bob tiene un hijo conservador, una hija que ha puesto en peligro su boda al enamorarse de un delincuente y otras dos hijas adolescentes que se pelean por chicos multimillonarios. Todos ellos ... [+]
12 de septiembre de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
158/16(24/07/16) Interesante comedia musical de Woody Allen, cinta que gusta más la primera vez que su revisión, y es que cuando la he vuelto a ver tras años la he notado demasiado naif, demasiado plúmbea, demasiado superficial, todo contado con un aire lineal despreocupado, con chistes demasiado facilones, todo encauzado a transmitir alegría, pero pecando de demasiada idealización, resulta complicado verse en esta familia que vive en un lujoso piso de Park Avenue y pasa las navidades en París, todo muy humilde. En su vertiente musical Allen demuestra su melomanía realizando un homenaje a los alegres musicales de la época dorada de Hollywood, a sus míticas parejas de baile formadas por Ginger Rogers con Fred Astaire, Fred Astaire con Cyd Charisse, Fred Astaire con Rita Hayworth o Gene Kelly con Leslie Caron (“Un americano en París”, 1951), con el tramo de baile junto al Sena, incluso a los hermanos Marx y sus jocosos escenas musicales, personificada en el tributo a Groucho en un fiesta. Los números musicales producen sensación de jolgorio, sobre todo en su irreverencia, pues hay en un hospital y hasta en un velatorio, pero excepto el último a orillas del Sena, el resto no dejan poso alguno, ni por la letra, ni por las coreografías. Drew Barrymore convenció a Allen de lo inconveniente (por penosa) resultaría su voz para la representación de sus partes musicales (la doblaría Olivia Hayman), asimismo Goldie Hawn fue excluida por lo contrario, por lo extraordinariamente bien que cantaba al natural y lo poco creíble que resultaría en medio de un ambiente realista, el resto actores interpretan con sus voces naturales el repertorio de textos musicales que van desde el iniciático “Just You, just me” de Norton, pasando por el “My Baby Just Cares For Me” de Norton y Latasha Lyonne o el “Chiquita Banana” de los niños en Halloween. El título del film proviene de una canción contenida en la película de los hermanos Marx “Plumas de caballo”.

Aún en su aire de banalidad el cineasta neoyorkino despliega una bonita de ver comedia musical romántica, entretenimiento agradable, vitalista, alegre, moviéndose por un micromundo que conoce, del que él precisamente es partícipe, como es la clase alta de Manhattan, personajes que en su pujanza económica, rebosan insatisfacción en su eterna búsqueda del amor, seres contradictorios, neuróticos, idealistas, enamoradizos, cínicos, perfilando un mordaz fresco de la alta burguesía acomodada, con su frivolidad, sus paradojas políticas, su hipocresía, su demagogia, que por un lado predica liberalismo, tolerancia, reinserción social, y por otro en sus casas no lo permiten, también píldoras turbadoras contra los conservadores republicanos a los que con sutilidad (o no) lanza un dardo envenenado bastante insidioso, como es que solo teniendo un problema mental se pueden tener estas ideas. Se entrelazan varias historias de amoríos en diferentes etapas de edad, el adolescente de las volubles hermanastras, el de la joven desorientada, y el del tipo maduro con varios fracasos de pareja a sus espaldas, esto le sirve a Allen para hacer chanzas de los noviazgos, de los matrimonios, de la familia y hasta de la política.

En su tono de comedia romántica deja destellos de aciertos en chispeantes en algunos duelos actorales donde varios personajes participan rebosando tremenda naturalidad y fluidez, en lo referente al romanticismo la nota predominante es la sempiterna deseo del amor perfecto, el idealizado, sobre si lo que anhelamos es en realidad lo que nos satisface, sobre si el estado natural del ser humano es el desamor, sobre si los sueños de amor cuando se hacen certeros se rompe la magia.

Es un film eminentemente que derrocha optimismo cuasi-patológico, reflejado sobremanera en sus momentos musicales, una loa nostálgica a los tiempos de los musicales provenientes de Broadway, desbordando energía, júbilo, gozo, con canciones y coreografías divertidas, números musicales que se enlazan con naturalidad con la acción para remarcar los sentimientos y emociones de los cantantes, emanado de estas secuencias naturalidad al estar enmarcadas en muchos casos en exteriores, como el Central Park de New York, La Quinta Avda. neoyorkina, Venecia o la orilla del Sena parisino. Pero como he dicho arriba sus números musicales solo llegan a entretenidos con caducidad en el subconsciente rápida, exceptuando el remarcado acaecido en el Sena. Es de agradecer el estímulo de poder oír cantar a gente como al propio Woody Allen, Julia Roberts, Edward Norton, Alan Alda o Tim Roth.

La cinta teniendo sus buenos momentos adolece de liviandad, muchas subhistorias en las que nada se trata con mínima fuerza dramática, nada se desarrolla, se llegan a sentir sketches de usar y tirar; la idea de la subtrama de Allen con Julia Roberts nace de un autoplagio (“Otra mujer”, también Allen hace personaje similar al de “Hannah ...”, un inseguro divorciado amigo de su ex que tiene una familia ya formada), y luego se desarrolla envuelta en escenarios de tremebunda belleza (las callejuelas y canales venecianos, museos de Tintoretto, o un bucólico apartamento parisino con vista al Sacre Cour), pero todo huele a impostado a artificioso, a metido con calzador, no te crees que ese “pibón” de mujer se pueda sentir atraído por un tipo pequeño, esmirriado, con gafotas y que le dobla la edad (ella 29 años y el 61), esto es algo que a Allen no le ha importado en su carrera, ir juntándose a mujeres en pantalla que podrían ser su nieta (igual es inspirándose en sí mismo ¿!!?) no hay química entre ellos; La subtrama de Skylar, insegura si prefiere la comodidad de un chico “bien” o la “aventura” de un chico “malo”, es trivial, sin hondura alguna; La de las adolescentes amigas “enchochadas” del guapo del barrio es más simple que el mecanismo de un martillo; La del hijo republicano es un pellizco de ursulina que no pasa de gag del montón de abajo en la gloriosa montaña de grandes momentos allenianos;...(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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