290/10(21/09/11) Acabo de terminar de ver la cuarta y última temporada de esta serie, es triste que lo que pudo haber sido una de las grandes series de entretenimiento, con su excelente primera entrega y su notable segunda, cayera en una mediocridad sobresaliente donde la falta de ideas era suplida con situaciones en las cuales el sentido de ridículo solo era superado por una sensación de insulto a mí inteligencia, y esto es complicado pues no es que sea un Einstein. Es complicado criticar esta serie pues habría que hacerlo por temporadas, pues la diferencia entre una y otras es enorme, la decadencia de sus tramas roza lo grotesco. Comienza con el protagonista, Michael Shofield (Buen Wentworh Miller) atracando un banco y misteriosamente se entrega, es llevado a la penitenciaria de Fox River, allí se encuentra con su hermano Lincoln Burrows (correcto Dominic Purcell) que está en el corredor de la muerte esperando ser ajusticiado a la silla eléctrica por el asesinato del hermano del vicepresidente de los USA, al final del episodio nos enteramos del porque, y es que Michael ha provocado su encierro, para escapar junto a su hermano, Michael es un ingeniero con una mente superdotada que ayudó a reformar la prisión y tiene un milimétrico plan para huir y tendrá que hacerlo contrarreloj antes de que Lincoln sea ejecutado, por el camino se encontrará con mil y un imprevistos. Este es una obra para el puro entretenimiento, nunca mejor dicho cine de evasión, un frenético producto, dotado de una trama (me refiero a la 1ª temporada) poliédrica, cuasi-coral, con unos personajes muy bien descritos, con sus aristas, que evolucionan ingeniosamente, con giros inesperados, con el clásico cliffhanger de rigor por capítulo, un guión bien hilado, eso sí, con múltiples trampas, esto queda tapado por infernal ritmo, una puesta en escena magnífica, se utilizó una abandonada prisión para el rodaje, lo cual le da sensación de realismo brutal, una música extraordinaria de Ramin Dywadi ( ‘Flashforward’ o la colosal de ‘Juego de Tronos’) que ayuda sobremanera a sobresaltarnos con cada situación, unos actores con los que empatizas rápidamente, con un increscendo dramático bestial, utiliza los manidos recursos de este subgénero de prisiones, jefe de guardias sádico, alcaide que no se entera de nada, el preso degenerado pedófilo malo-malísimo, T-Bag (Gran Robert Kneepper), posee el atractivo del clásico villano, puede el mejor personaje, y demás roles-clichés, y por supuesto el clásico sueño de huída, todo esto magnamente hilado, le daría un nueve. Pues bien al parecer la serie estaba destinada a una sola temporada, y hubiera quedado como un hito en la tele pero ante su éxito de audiencia la estiraron, pero oh, sorpresa, bajo pero poco, la trama en formato road-movie de cómo salir del país los 8 que se fugaron resultó apasionante con el soplo de aire fresco que fue la irrupción del carismático agente del FBI Alex Mahone (Gran William Fichtner), ... (continua en spoiler sin)