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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Lazzaro, un joven campesino de excepcional bondad, vive en La Inviolata, una aldea que ha permanecido alejada del mundo y es controlada por la marquesa Alfonsina de Luna. Allí, la vida de los campesinos no ha cambiado nunca; son explotados, y ellos, a su vez, abusan de la bondad de Lazzaro. Un verano, se hace amigo de Tancredi, el hijo de la Marquesa. Entre ellos surge una amistad tan preciosa que hará viajar a Lazzaro a través del ... [+]
16 de marzo de 2020
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
58/13(15/03/20) Pretencioso film escrito y dirigido por Alice Rohrwacher, un largometraje que provoca lo peor ante una pantalla, es aburrimiento. Obra que intenta mezclar el neorrealismo italiano con el realismo mágico, ello con dosis de cine de crítica social humanista propia de Ermano Olmi. Un mejunje desequilibrado con un protagonista tan hierático como plano. Para crear Lazzaro Felice, Alice tomó como referencia una noticia local que leyó en un periódico años atrás. En ella, se relataba el engaño a una familia campesina por parte de una marquesa. Esta mujer, aunque la ley no permitía la esclavitud y la aparcería, se aprovechó del grupo hasta que la policía descubrió el crimen. La realizadora nos muestra una micro-comunidad de campesinos que viven en semi-esclavitud, pero parece este denunciando las duras condiciones laborales en el campo, pero luego los vemos en la ciudad como un lumpen de oportunistas, timadores y ladrones que viven en la miseria, entonces que es lo que denuncia la directora? A su vez Rohrwacher nos hace ver que su protagonista es un alma cándida de la que se aprovechan los semi-esclavos, entonces el mensaje es que el Hombre es un Lobo para el Hombre? Todo adornado por ramalazos de realismo mágico sin fuste alguno. Es un retrato de una Italia mísera, donde no pare ce haber luz, y donde termina dándome igual lo que le pase al insípido Lazzaro. Un caos de historia en su mezcla atiborrada de elementos esbozados de brocha gorda (ejemplo la crítica a la Iglesia Católica cuando echan a los pobres del templo cuando tocan el órgano). Una narración que nunca me atrapa, nunca me emociona, nunca remueve, pero si me produce tedio. Es increíble el éxito crítico de este producto hueco e hinchado de proclamas simplistas izquierdistas, donde el capitalismo siempre nos hace esclavos del sistema.

La historia está notoriamente dividida en dos: Primero asistimos a la vida en esta comunidad campestre regida cual señor feudal por una Marquesa, que se aprovecha de la ignorancia de sus aparceros para explotarlos vilmente. Pero los ‘esclavos’ lo sobrellevan con alegría, disfrutan de esta vida con pequeños placeres, como cantar serenatas, o hacer bailes. En este tramo la cámara pone el foco en la belleza del entorno rural, en los ríos festivos, sacando sentido evocador (al menos eso pretende) del día a día en la granja; La segunda parte es un salto temporal de décadas (sin especificarse), ello con una elipsis aparecemos en la ciudad donde los campesinos se han convertido en gente que malvive en los márgenes de la ley. Este segundo segmento me resulta confuso, disperso, indefinido. Yendo desorientada hacia no se sabe dónde, ideas inconexas. Nos habla de la pobreza en la gran ciudad, del espíritu de supervivencia, ello adornado con surrealismo reflejado en la música de la Iglesia que acompaña al lumpen tras ser echados del templo. En realidad parece (supongo que mis pocas entendederas están erradas) decirnos que es mejor ser esclavos mansos en el campo, que vivir libres en miseria en la ciudad, esto subrayado de modo infantil con un flash-back durante una comida del lumpen.

En el centro del relato está el personaje del título, a través de sus ojos vemos todo lo que sucede. Lazzaro es un joven huérfano cuasi-autista, un alma inocente que hace todo lo que los demás le ordenan, no discute, ni se enfada con los que se sirven de su ingenuidad. Un ser dócil y sin maldad alguna, al que la realizadora en una catarsis en que emparenta su alma con la de un lobo solitario le impregna de un halo de santidad, con claras referencias al Santo de su nombre.

La narración divaga de una subtrama a otra cual mono con dos pistolas, la historia de amor en la finca, el secuestro fingido, la caída al vacío, la detención de la marquesa, los timos del lumpen, la aparición del hijo de la marquesa en la ciudad, la invitación a comer del Marqués a los ‘vividores’ que acaba con estos siendo rechazados por la esposa no sin antes pedir el presente les llevaba, la metida con calzador crítica a la Iglesia, el ‘asalto’ al banco. Todo un batiburrillo de momentos que se quiere combinar el patetismo con el humor negro, y ni me conmueven, ni se me escapa una mínima sonrisa. Suelo hacer un apartado en mis críticas a las actuaciones, pero aquí todo me resulta tan artificioso y poco estimulante que solo comentaré que el protagonista Adriano Tardiolome resulta un Forrest Gump low cost. De la puesta en escena tampoco me ha sido tan atractiva como para analizarla, encima en el contexto de esta atropellada historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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