Media votos
6,5
Votos
5 713
Críticas
5 211
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
6,5
40 941
Intriga. Thriller
Un investigador del FBI especializado en analizar la mente y el comportamiento de los asesinos en serie se ve obligado a recurrir a Hannibal Lecter, a quien mandó a la cárcel, para que le ayude en el caso de un asesino de familias, cuyo patrón de conducta le resulta imposible desentrañar. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
36/07(07/02/23) Entretenido thriller psicológico hecho en modo afiche que aprovecha la estela de la estrenada menos de dos años antes, la irregular ‘Hannibal’ (350 millones $ la hicieron la segunda con más recaudación del año de su estreno), cierra trilogía del icónico psicópata epicúreo protagonizada por Anthony Hopkins, comenzó con la Obra Maestra “El silencio de los corderos” en 1991, secuela de esta que abordo. Dirige alguien extraño por los precedentes, Brett Ratner, lo más destacado que había hecho era la comedia de acción “Hora punta”, cumple sin dejar huella. Adapta el guion de Ted Tally, autor del oscarizado libreto de la exitosa primigenia (también vuelve la diseñadora de producción Kristi Zea), que no estuvo en la segunda, buscando más sutilidad y goticismo, algo ausente en la dirigida por Ridley Scott, esta vez basándose en la novela homónima de 1981 de Thomas Harris (primera que aparece Hannibal Lecter), relato ya llevado anteriormente a la gran pantalla con Michael Mann de director en 1986 (curiosamente coinciden con mismo DP Dante Spinotti, cambiando de la luminosidad de la de Mann al estilo oscuroide tenebroso del Tak Fujimoto de la dirigida por Demme), también producido por De Laurentiis Company, y donde fracasó comercialmente, quería resarcirse taquilleramente explotando la figura del tipo que no parpadea, dándole más metraje que al encarnado por Brian Cox en 1986 (solo aparece en dos escasas escenas). Peli con lo que es imposible no acudir a comparaciones, además el desarrollo es muy similar, con escasas alteraciones, siendo las importantes el inicio, en esta muy ingeniosamente vemos a Hannibal libre antes de ser apresado, deleitándose con un concierto de música clásica (aunque no gusta del flautista como desafina, y …), sirviendo su cocinada comida a sus invitados (hígados de …) de la junta directiva de la Orquesta Sinfónica de Baltimore, tras lo que tiene una catárquico reunión con el agente del FBI Will Graham, con un sanguinolento enfrentamiento entre ambos; y el clímax algo diferente al de Mann.
Historia con enormes similitudes con la mítica “The Silence of the Lambs”, aunque esta es anterior a la protagonizada por Hopkins y la Foster. Hay un asesino sádico (aquí mata a familias), la motivación al igual que ‘Bufalo Bill’ su objetivo es la transformación (el primero a mujer y el segundo a ‘Dragón Rojo’), un agente del FBI investiga el caso con la ayuda de un carismático criminal afamado como es Hannibal Lecter, al que visitará en al prisión psiquiátrico, enfrentándose a él a través del cristal blindado (aunque aquí llega a parecer una mala copia de la referida, se has perdido la frescura de la núbil Jodie frente al Ogro Hannibal), que le guiará por el aspecto psicológico del criminal, ello es un argumento muy parecido a la mencionada.
Una narración menos sangrienta que “Hannibal”, donde además Lecter queda relegado a un secundario que solo está ahí por ser el criminal que todos hemos visto en las dos pretéritas partes, es su aura del pasado la que lo hace temible y amenazante, pero importancia real en la trama es poca. Incluso Hopkins ya no es el mismo, me da la impresión que es un actor haciendo de Hannibal, incluso parodiándolo, no lo veo mimetizado como lo estaba antes. Esta es una cinta menos impactante que la polémica cinta de Scott (por lo sádica), aun teniendo apuñalamientos, tiroteos, torturas, gente ardiendo a lo bonzo, explosiones, pero no es lo gore que fue la de 2001, juega con el fuera de plano, sabe mantener el atractivo con el buen manejo de resortes de tensión, con una ágil edición saltando a los diferentes escenarios. Desde la vuelta a la siniestra prisión donde Lecter reside en una celda de piedra tras una luna de cristal, con las inquietantes charlas entre el agente y Hannibal, la visita de Will a la residencia de una masacre familiar, el rapto y torturas a un periodista (en clara crítica al sensacionalismo de los medios), el turbador encuentro del criminal con una invidente, la visita a un veterinario con un tigre adormecido, la victoriana residencia del criminal, tenemos a un criminal con claros rasgos edípicos cual Norman Bates, encarnado de forma formidable por Ralph Fiennes.
Tiene un muy sugerente inicio con la cámara flotando por lo alto de una orquesta sinfónica, virando hacia el público, donde el objetivo se fija en un espectador, es Hannibal Lecter, observa a un músico, los dos cruzan las miradas. A lo que hay una elipsis y estamos en el hogar de Hannibal, lo vemos con una juvenil coleta, ha preparado una cena opípara para sibaritas comensales, una de ellos le pregunta que es lo preparado y Lecter de modo sarcástico le responde, "No lo comerías si te dijera mi receta", siendo esto un guiño al espectador que sabemos al momento (por las diferentes pelis que hemos visto de Hannibal) que la escena inicial con Lecter apuntando sus ojos al flautista de la orquesta era la de un depredador poniendo en la diana su presa que ahora sirve altruistamente a sus invitados. Hay otra elipsis, ya no hay invitados cuando toca a la puerta de Lecter Will Graham, un agente del FBI que ha requerido la ayuda del psiquiatra para poder encontrar a un criminal que se come a sus víctimas (¿?). Luego seguimos un desarrollo en su núcleo procedimental en alternancia con las acciones atormentadas del asesino, siendo en este caso el típico juego del gato y el ratón. Llegando a un doble clímax, satisfactorio a secas, y sin arriesgar, ni sorprender.
Entre las actuaciones destaca un mayestático Ralph Fiennes, tarda tres cuartos de hora en aparecer, cuando lo hace se adueña de la pantalla, crea a un asesino matizado, complejo, un psicópata con demonios internos como ya he comentado cercano al espíritu de Norman Bates, mantiene discusiones figuradas con su madre invisible (voz original de Ellen Burstyn), está obsesionado con metamorfosearse en el Dragón Rojo de la pintura de William Blake, que cree es su guía maligno que le empuja a matar... (sigo en spoiler)
Historia con enormes similitudes con la mítica “The Silence of the Lambs”, aunque esta es anterior a la protagonizada por Hopkins y la Foster. Hay un asesino sádico (aquí mata a familias), la motivación al igual que ‘Bufalo Bill’ su objetivo es la transformación (el primero a mujer y el segundo a ‘Dragón Rojo’), un agente del FBI investiga el caso con la ayuda de un carismático criminal afamado como es Hannibal Lecter, al que visitará en al prisión psiquiátrico, enfrentándose a él a través del cristal blindado (aunque aquí llega a parecer una mala copia de la referida, se has perdido la frescura de la núbil Jodie frente al Ogro Hannibal), que le guiará por el aspecto psicológico del criminal, ello es un argumento muy parecido a la mencionada.
Una narración menos sangrienta que “Hannibal”, donde además Lecter queda relegado a un secundario que solo está ahí por ser el criminal que todos hemos visto en las dos pretéritas partes, es su aura del pasado la que lo hace temible y amenazante, pero importancia real en la trama es poca. Incluso Hopkins ya no es el mismo, me da la impresión que es un actor haciendo de Hannibal, incluso parodiándolo, no lo veo mimetizado como lo estaba antes. Esta es una cinta menos impactante que la polémica cinta de Scott (por lo sádica), aun teniendo apuñalamientos, tiroteos, torturas, gente ardiendo a lo bonzo, explosiones, pero no es lo gore que fue la de 2001, juega con el fuera de plano, sabe mantener el atractivo con el buen manejo de resortes de tensión, con una ágil edición saltando a los diferentes escenarios. Desde la vuelta a la siniestra prisión donde Lecter reside en una celda de piedra tras una luna de cristal, con las inquietantes charlas entre el agente y Hannibal, la visita de Will a la residencia de una masacre familiar, el rapto y torturas a un periodista (en clara crítica al sensacionalismo de los medios), el turbador encuentro del criminal con una invidente, la visita a un veterinario con un tigre adormecido, la victoriana residencia del criminal, tenemos a un criminal con claros rasgos edípicos cual Norman Bates, encarnado de forma formidable por Ralph Fiennes.
Tiene un muy sugerente inicio con la cámara flotando por lo alto de una orquesta sinfónica, virando hacia el público, donde el objetivo se fija en un espectador, es Hannibal Lecter, observa a un músico, los dos cruzan las miradas. A lo que hay una elipsis y estamos en el hogar de Hannibal, lo vemos con una juvenil coleta, ha preparado una cena opípara para sibaritas comensales, una de ellos le pregunta que es lo preparado y Lecter de modo sarcástico le responde, "No lo comerías si te dijera mi receta", siendo esto un guiño al espectador que sabemos al momento (por las diferentes pelis que hemos visto de Hannibal) que la escena inicial con Lecter apuntando sus ojos al flautista de la orquesta era la de un depredador poniendo en la diana su presa que ahora sirve altruistamente a sus invitados. Hay otra elipsis, ya no hay invitados cuando toca a la puerta de Lecter Will Graham, un agente del FBI que ha requerido la ayuda del psiquiatra para poder encontrar a un criminal que se come a sus víctimas (¿?). Luego seguimos un desarrollo en su núcleo procedimental en alternancia con las acciones atormentadas del asesino, siendo en este caso el típico juego del gato y el ratón. Llegando a un doble clímax, satisfactorio a secas, y sin arriesgar, ni sorprender.
Entre las actuaciones destaca un mayestático Ralph Fiennes, tarda tres cuartos de hora en aparecer, cuando lo hace se adueña de la pantalla, crea a un asesino matizado, complejo, un psicópata con demonios internos como ya he comentado cercano al espíritu de Norman Bates, mantiene discusiones figuradas con su madre invisible (voz original de Ellen Burstyn), está obsesionado con metamorfosearse en el Dragón Rojo de la pintura de William Blake, que cree es su guía maligno que le empuja a matar... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
…Ser tridimensional en sus temores, quiere controlar lo quien le mira, vive acomplejado, por ello lo de los espejos rotos, y los ojos de vidrio en sus víctimas. La redención puede venir por el lado del amor puro con la aparición de un ser tan inocente y cuasi santo como una mujer ciega, lo cual le emparenta también a otro ‘monstruo’ como el creado por el Dr. Frankenstein. Para ello es fundamental la enternecedora actuación de Emily Watson, que mantiene un tour de forcé sensible con el psicópata, maravillosa en la escena de acariciar al tigre sedado (copiada de “Manhunter”). El actor se funde con el angustiado psicótico, infunde alma y dimensión humana al villano, notamos su tormento interior, esto se hace patente sobre todo en la escena en que despierta desnudo tras estar con la mujer invidente está nervioso, se siente combatiendo en sí con sus propio toxicidad, intentando rebelarse contras su Maldad, muestra fragilidad, también tremendo en la secuencia en que va a ver el dibujo de ‘El Dragón Rojo’, intentando acabar con sus demonios, creyendo que puede el Amor ser la salvación, y lo sentimos y podemos entenderlo.
Edward Norton compone a un Will Graham atormentado, dolido, frágil, pero errado realmente, le veo en la comparación con Will Peterson pierde, no le veo como un tipo curtido al que le ha superado su obsesión por los criminales, a Norton le veo como un jovenzuelo frágil sin más, y eso que el intérprete es muy bueno, pero aquí le noto equivocado en su carácter; La química con Hopkins es muy forzada, quiere retrotraer la de la Foster con su Sterling, peor se nota manufacturada; Philip Seymour Hoffman como periodista sensacionalista amoral resulta una caricatura lejos de lo que el maravilloso actor nos tiene acostumbrado, parece hasta desganado; Harvey Keitel aporta sobriedad a un rol plano; Anthony Hopkins en su tercera encarnación de Hannibal se nota divirtiéndose más que actuando, un snob epicúreo ahora encarcelado, pierde cancha con respecto a la anterior “Hannibal”, lo contrarresta pasándoselo en grande con su caricatura del mítico asesino caníbal.
Ratner crea un thriller ameno, pero adoleciendo de trascendencia en su exposición de carencia de marca de estilo, no incide en la labor del DP Dante Spinotti, que refleja con sentido ordinario el desarrollo, solo siendo algo más incisivo en las secuencias de la especie de catacumbas donde reside el Diablo Hannibal. Pensándolo bien, la cinta tiene taras de inicio bastante complicadas de salvar. Empezando que, al ser una precuela, sabemos que Hannibal estará en prisión, cuando lo que deseamos es el morbo de verlo en libertad, su nivel de amenaza es encorsetado en este sentido, cuando es realmente la mejor baza a priori del film, naciendo de este modo algo lisiado el film. También es que al ser una versión del libro llevado tres lustros antes al cine y difiriendo poco, termina por sentirse al concluir, que no es más que un producto que nace al albor del éxito de Hopkins en su rol, y más con ese epílogo*. Y lo malo es que Brett Ratner es un reclamo poco atractivo para la película, y al verla el desarrollo lo mejor que se puede decir es que no estorba demasiado a la historia y actuaciones, porque sumar, suma poco.
Spoiler:
*Lo de que el epílogo sea que el Dr. Chilton avise a Hannibal que una joven agente va a visitarlo, solo hace que reforzar la idea de ser esta peli un afiche de la majestuosa “El silencio de los corderos”.
“The Great Red Dragon and the Woman Clothed in Sun” (El gran dragón rojo y la mujer vestida de sol). Es el título de una acuarela auténtica del artista William Blake (1757-1827), se encuentra en el museo de Brooklyn en Nueva York, con la que está obsesionado de modo patológico el asesino psicópata Francis Dolarhyde (Ralph Fiennes).
Buen pasarratos, con elementos apreciables. Gloria Ucrania!!!
Edward Norton compone a un Will Graham atormentado, dolido, frágil, pero errado realmente, le veo en la comparación con Will Peterson pierde, no le veo como un tipo curtido al que le ha superado su obsesión por los criminales, a Norton le veo como un jovenzuelo frágil sin más, y eso que el intérprete es muy bueno, pero aquí le noto equivocado en su carácter; La química con Hopkins es muy forzada, quiere retrotraer la de la Foster con su Sterling, peor se nota manufacturada; Philip Seymour Hoffman como periodista sensacionalista amoral resulta una caricatura lejos de lo que el maravilloso actor nos tiene acostumbrado, parece hasta desganado; Harvey Keitel aporta sobriedad a un rol plano; Anthony Hopkins en su tercera encarnación de Hannibal se nota divirtiéndose más que actuando, un snob epicúreo ahora encarcelado, pierde cancha con respecto a la anterior “Hannibal”, lo contrarresta pasándoselo en grande con su caricatura del mítico asesino caníbal.
Ratner crea un thriller ameno, pero adoleciendo de trascendencia en su exposición de carencia de marca de estilo, no incide en la labor del DP Dante Spinotti, que refleja con sentido ordinario el desarrollo, solo siendo algo más incisivo en las secuencias de la especie de catacumbas donde reside el Diablo Hannibal. Pensándolo bien, la cinta tiene taras de inicio bastante complicadas de salvar. Empezando que, al ser una precuela, sabemos que Hannibal estará en prisión, cuando lo que deseamos es el morbo de verlo en libertad, su nivel de amenaza es encorsetado en este sentido, cuando es realmente la mejor baza a priori del film, naciendo de este modo algo lisiado el film. También es que al ser una versión del libro llevado tres lustros antes al cine y difiriendo poco, termina por sentirse al concluir, que no es más que un producto que nace al albor del éxito de Hopkins en su rol, y más con ese epílogo*. Y lo malo es que Brett Ratner es un reclamo poco atractivo para la película, y al verla el desarrollo lo mejor que se puede decir es que no estorba demasiado a la historia y actuaciones, porque sumar, suma poco.
Spoiler:
*Lo de que el epílogo sea que el Dr. Chilton avise a Hannibal que una joven agente va a visitarlo, solo hace que reforzar la idea de ser esta peli un afiche de la majestuosa “El silencio de los corderos”.
“The Great Red Dragon and the Woman Clothed in Sun” (El gran dragón rojo y la mujer vestida de sol). Es el título de una acuarela auténtica del artista William Blake (1757-1827), se encuentra en el museo de Brooklyn en Nueva York, con la que está obsesionado de modo patológico el asesino psicópata Francis Dolarhyde (Ralph Fiennes).
Buen pasarratos, con elementos apreciables. Gloria Ucrania!!!