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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Western. Drama El forajido Nat Love (Majors) descubre que su enemigo, Rufus Buck (Elba) ha salido de prisión, por lo que reúne a su banda para perseguir a Rufus y buscar venganza.
7 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
215/03(04/07/23) Fallido western, de esos films que termina gustándote más el tráiler que la versión completa. Ópera prima en largometraje del británico Jeymes Samuel (actúa como músico bajo la dirección de alias The Bullitts, trabajó como consultor musical en la versión de Baz Luhrmann de El gran Gatsby; es hermano del popular cantante Seal), coescribió el guión con Boaz Yakin (“Titanes: Hicieron Historia”). Tiene un nutrido elenco de intérpretes (negros todos), desde Jonathan Majors, Idris Elba, Zazie Beetz, Regina King, Delroy Lindo, o Lakeith Stanfield, derivando esto en un universo paralelo del mundo del Wild West donde hay un pueblo (Redwood) con la fisonomía del género, pero poblado única y exclusivamente por gente negra (hay otro, blanco impoluto, poblado de blancos), aunque vestida de modo impoluto como el clásico género estadounidense por excelencia, tanto el cliché de los hombres (los sombreros, pañuelos al cuello, chalecos, americanas, botas y espuelas, y por supuesto los cinturones con el revólver y balas), como el de las mujeres (emperifolladas), súmese que todo resulta impoluto, con atuendo limpio, pistolas doras que brillan. Sus personajes se basan en vaqueros, agentes de la ley y forajidos reales del oeste americano del siglo XIX (sobreimpresionado al principio: “Si bien los eventos de esta historia son ficticios… Estos. Gente. Existió"; nombres reales del oeste son Nat Love, Bass Reeves, Stagecoach Mary, Jim Beckwourth y Cherokee Bill), aunque enmarcados en una historia inventada total. La película tiene más pretenciosidad que calidad.

Samuel mete en su (demasiado extendido) metraje todos los elementos que puede y más del sub mundo del género, con duelos entre los más rápidos de revolver, tiroteos, emboscadas en desfiladeros, asaltos a trenes, robos a bancos, persecuciones a caballo, también hay escenas de saloon, partidas de póker, con números musicales cabareteros. Pero el director parece más preocupado por el continente que por el contenido, bebe de una mezcla entre el spaghetti western con claro epítome en Sergio Leone (el comienzo que nos lleva a la historia de venganza, los primero planos de los rostros, mucho del estilo operístico leoniano, …), más el cine de Tarantino (la modernura de los personajes, el colorido, sus diálogos triviales que desembocan en muertes, o el desarrollo fragmentado; pero si hasta hay dientes de oro saltando de su dentadura, y una caravana que da juego), amén de dosis manifiestas del setentero blaxploitation, de ahí su iconoclasta banda sonora, repleta de temas anacrónicos de funky, hip-hop y reggae que te sacan de cualquier ansiada profundidad y transmiten ligereza. Dando como resultado un extraño coctel, donde la estética atractiva, a veces es superada por un chirriante estilo videoclipero que me desorienta. Es la suma de buenas ideas y otras muchas erróneas en la atmósfera. Pasemos por alto y demos patentes de corso en aceptar pulpo como animal de compañía en este mundo donde los negros imperan, y donde los blancos son seres marginados en la trama, y cuando aparecen (poquito) son entre idiotas, racistas o malos malísimos, estamos en Netflix y este filtro woke es obligatorio, pero si hasta las mujeres que hay son empoderadas, de armas tomar, valientes, duras, nunca hay conflictos sexuales con los hombres.

Pero lo que sobresale para falencia es su argumento atropellado, su historia alambicada, cuando todo en realidad es muy sencillo, una banda contra otra, la búsqueda de vendetta de un tipo al que mataron a sus padres y le marcaron la frente, todo lo demás es puro relleno. Y a esto para hacerlo más embarullado le suman decenas de personajes (a veces más es menos, ejemplo aquí) a los que no hay tiempo para exponer mininamente, se quedan en bosquejos estereotipados, y lo que es peor nos alejan del corazón de la cinta. Estas idas uy venidas repercuten en lo más peligroso que hay en una peli, y más si es un western, es que se haga pesada, se sienta alargada, que mires el reloj. Es un film que adolece de ritmo, discurre a trompicones, se cree más seria de lo que debe, no hay mimbres para ser trascendente, de rondón en el rush final nos incrustan elementos de tragedia (griega o shakesperiana) sobre los lazos familiares, con la derivada del mensaje (manido) de que la violencia solo engendra más violencia, pero esto al no estar sobrevolando la historia desde el principio queda un pegote metido a deshora para intentar dar algo de fondo a la historia.

Tiene un impactante inicio mostrando al pistolero Rufus Buck (Elba) como un despiadado asesino, que con sus revólveres chapados en oro mata aun clérigo y su esposa, y tras ello de modo flemático marca al niño Nat con una cruz en la frente, no sabemos los motivos. Pero el Nat crece y se hace forajido hábil con las pistolas en busca de venganza. Volvemos con Buck, que está preso siendo trasladado por el ejército yanki en un tren, los de su banda, el rapidísimo con la pistola Cherokee Bill (Stanfield) y Trudy (King) comandan el asalto al transporte, ello en un híper violento tramo (de esto hay mucho en el film, mucha sagre, explosiones, desmembramientos), pero ello con claro sabor a video musical me resulta pomposo y poco imaginativo. Por otro lado, Nat vuelve a reunir a su banda (Edi Gathegi y RC Cyler), pero centra sus esperanzas en volver a reclutar a su ex, la propietaria de un salón y burdel que empuña escopeta, Stagecoach Mary (Beetz). Revoloteando cerca está el cauteloso representante de la ley Bass Reeves (Lindo), quien tiene un gran interés en apresar a Rufus. Todo resulta muy previsible, se encamina al duelo entre las dos bandas.

Tengo la sensación de que Samuel cree estar haciendo algo muy grande, y por ello cierto aire de solemnidad, cuando si se hubiera atenido a hacer un puro entretenimiento habría estado seguramente mejor, habiendo recortado minutaje que solo son michelines que nada aportan. Los pocos elementos de humor parecen forzados... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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