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Voto de TOM REGAN:
7
7,6
153
Drama. Bélico
Umberto Spadaro interpreta a Aldo Piscitello, un empleado público absolutamente apolítico que se une al partido fascista para no perder su trabajo y para que su esposa lo deje tranquilo. Después de la guerra, el desventurado Aldo es acusado de ser un seguidor fanático del fascismo. Aunque inocente de esta acusación, es sin duda tan culpable como millones de otros de no haber hablado en su debido momento. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2022
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385/29(29/11/22) Incisiva dramedia italiana, que es un dardo incisivo contra la sociedad italiana exponiendo como ante el fascismo los transalpinos apolíticos se acomodaron a lo que había, sin pensar en las consecuencias de su mansedumbre, ello con la valentía de que este film fue realizado en plena post-WWII, cuando aún estaban en las autoridades los rescoldos mussolinianos. Dirigida en 1948 por Luigi Zampa, que adapta la novela “Il vecchio con gli stivali” (El viejo con las botas, 1946), del autor siciliano Vitaliano Brancati, que también guioniza con el director, con Sergio Amidei (“Roma, ciudad abierta”), Franco Evangelisti, Enrico Fulchignoni (“L'ebreo errante”), en lo que es un recorrido por los años del fascismo en Italia, de 1934, su pan italianismo con su invasión de Abisinia, con su ayuda militar a Franco en nuestra Guerra Civil, y llegando a la WWII, ello vivido a través de una familia de clase media de un pueblo siciliano, con protagonismo del patriarca de la misma, Aldo Piscitello, padre de cuatro hijos y empleado del gobierno local, interpretado con sentido naturalismo por Umberto Spadaro, en una actuación esple´ndida, cargafda de matices, mostrando una formidable empatía, con mucha emoción, y con un arco de desarrollo que nos hace la brújula moral del film, muy bueno el actor. Hace de tipo manipulable que es arrastrado por los acontecimientos y en el pecado tendrá la penitencia. Es la primera parte del tríptico, con “Años fáciles” (1953) y “El arte de salir adelante” (1954), nacida de la combinación entre el escritor y el director Luigi Zampa.
En 1934, durante el auge político de Mussolini, Aldo Piscitello (Umberto Spadaro), un empleado municipal ejemplar en la ciudad de Módica- Sicilia es obligado por el alcalde (Enzo Biliotti) a unirse al Partido Fascista, a riesgo de perder su empleo si no accede. Su esposa Rosina (Ave Ninchi) y su hija (Delia Scala) apoyan su acto. A pesar de ello, mantiene contacto con sus amigos antifascistas que se reúnen en la tienda del farmacéutico local (Aldo Silvani).
Un relato que se inicia y discurre en tono de comedia, con aires de nostalgia, caricaturizando el fervor al fascismo, haciendo chanzas de los mussolinianos, con esos debates naif en la farmacia en que despotrican del régimen dictatorial, y a continuación uno de los ‘contestatarios’ debe enfundarse la camisa negra para encabezar como abanderado marchas fascistas, o haciendo la pista americana para demostrar el ímpetu y testosterona de los discípulos del Duce. Con esos pomposos gerifaltes que en medio de una ópera deciden cambiar el guion porque lo que ven les parece poco patriótico. Con la relación con su Lady Macbeth esposa partidaria de los fascistas y que lo empuja hacia ellos
Para cuando llegan los reveses bélicos tornarse en drama neorrealista, el humor deja paso al crudo realismo de lo que es la Guerra. Representado esto en el hijo de Aldo, Giovanni (correcto Massimo Girotti), que fue reclutado por el ejército para pelear en las guerras (Etiopia, España o Rusia). Cuando este lo único que desea es poder casarse con la hija del farmacéutico, María (dulce Milly Vitale). Y cuando llega el rush final el director pone la nota trágica que da la dimensión del sinsentido en que se abocó Italia.
Una crónica costumbrista histórica que hace elipsis mediante el uso de imágenes de archivo narradas en off, o periódicos o noticias de radio. Un reflejo del día a día durante estos oscuros años, donde las gentes se reunían en las plazas para escuchar los enardecidos discursos de Mussolini, los niños se unían a organizaciones juveniles fascistas, y los civiles se deleitaban con el Imperialismo de la invasión de Abisinia, era algo que quedaba muy lejos.
Un enfoque que hace que Italia se ponga en el espejo de sus miserias, de su corrupción moral, de su decadencia, de su cobardía, de una sociedad plagada de oportunistas y trepas, de aduladores del poder. Ejemplo de esto es el personaje del Podestà-Alcalde-Barón (notable Enzo Biliotti), un camaleón que se mueve como una serpiente según venga la calle él quiere siempre quedar bien con todos, sobre todo con los que mandan, hoy lleva camisa negra y mañana si llegan los americanos lleva jeans.
La película desató una violenta campaña de prensa entre periódicos de izquierda y derecha, en el Parlamento italiano, los diputados exigieron que la película fuera secuestrada por considerar que atentaba contra el honor nacional.
En 1934, durante el auge político de Mussolini, Aldo Piscitello (Umberto Spadaro), un empleado municipal ejemplar en la ciudad de Módica- Sicilia es obligado por el alcalde (Enzo Biliotti) a unirse al Partido Fascista, a riesgo de perder su empleo si no accede. Su esposa Rosina (Ave Ninchi) y su hija (Delia Scala) apoyan su acto. A pesar de ello, mantiene contacto con sus amigos antifascistas que se reúnen en la tienda del farmacéutico local (Aldo Silvani).
Un relato que se inicia y discurre en tono de comedia, con aires de nostalgia, caricaturizando el fervor al fascismo, haciendo chanzas de los mussolinianos, con esos debates naif en la farmacia en que despotrican del régimen dictatorial, y a continuación uno de los ‘contestatarios’ debe enfundarse la camisa negra para encabezar como abanderado marchas fascistas, o haciendo la pista americana para demostrar el ímpetu y testosterona de los discípulos del Duce. Con esos pomposos gerifaltes que en medio de una ópera deciden cambiar el guion porque lo que ven les parece poco patriótico. Con la relación con su Lady Macbeth esposa partidaria de los fascistas y que lo empuja hacia ellos
Para cuando llegan los reveses bélicos tornarse en drama neorrealista, el humor deja paso al crudo realismo de lo que es la Guerra. Representado esto en el hijo de Aldo, Giovanni (correcto Massimo Girotti), que fue reclutado por el ejército para pelear en las guerras (Etiopia, España o Rusia). Cuando este lo único que desea es poder casarse con la hija del farmacéutico, María (dulce Milly Vitale). Y cuando llega el rush final el director pone la nota trágica que da la dimensión del sinsentido en que se abocó Italia.
Una crónica costumbrista histórica que hace elipsis mediante el uso de imágenes de archivo narradas en off, o periódicos o noticias de radio. Un reflejo del día a día durante estos oscuros años, donde las gentes se reunían en las plazas para escuchar los enardecidos discursos de Mussolini, los niños se unían a organizaciones juveniles fascistas, y los civiles se deleitaban con el Imperialismo de la invasión de Abisinia, era algo que quedaba muy lejos.
Un enfoque que hace que Italia se ponga en el espejo de sus miserias, de su corrupción moral, de su decadencia, de su cobardía, de una sociedad plagada de oportunistas y trepas, de aduladores del poder. Ejemplo de esto es el personaje del Podestà-Alcalde-Barón (notable Enzo Biliotti), un camaleón que se mueve como una serpiente según venga la calle él quiere siempre quedar bien con todos, sobre todo con los que mandan, hoy lleva camisa negra y mañana si llegan los americanos lleva jeans.
La película desató una violenta campaña de prensa entre periódicos de izquierda y derecha, en el Parlamento italiano, los diputados exigieron que la película fuera secuestrada por considerar que atentaba contra el honor nacional.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Momento recordable (aparte de los ya mencionados): Cuando vemos el caballo blanco de Mussolini que debía llevarlo en el desfile triunfal sobre Alessandria-Egipto, que vuelve en el avión a Italia, en claro símbolo del regreso de las ilusiones megalómanas del Duce.
Trémulo final en que vemos a Giovanni regresar a casa con permiso del ejército, se cruza con una patrulla alemana, le muestra los papeles en regla y lo dejan continuar, pero entonces uno de los militares germanos le dispara por la espalda de forma arbitraria, cayendo el italiano muerto cerca de su casa. Aldo con su familia vela el cadáver de su hijo, cuando hay revuelo en el pueblo porque han detenido a Mussolini (luego Hitler con su comando liderado por el el mítico Otto Skorzeny lo liberaría). Aldo entonces sale del funeral y marcha al bar donde los allí están exaltados por la noticia, y Aldo les da un corto pero punzante monólogo sobre lo cobardes (sobre todo, remarca, él mismo), deberían haber escogido la cárcel y no el medrar, y el precio que han pagado sobre todo él, lo ha hecho con la vida de su hijo. A la mañana siguiente los estadounidenses liberan de los nazis el pueblo protagonista. Entonces el alcalde Podestà se transmuta en fiel aliado de los americanos, manteniéndose en su puesto, uy ahora llama a Aldo de su puesto en el ayuntamiento para echarle en cara que estuvo en el partido fascista, y despidiéndole por ello de su trabajo, cerrando el círculo, de querer despedirlo por no ser fascista, ahora al contrario y lo mordaz que el que lo hace es el mismo en las dos ocasiones, y encima lo hace de forma cínica con el mando yanki a su lado, mientras Aldo lo acepta de modo hierático oyendo las risas del cínico Barón. Aldo camina entre la multitud de la plaza, rebosante de alegres soldados americanos haciéndose fotos. Uno le pregunta que si la chaqueta negra con medallas que ha comprado es cara por 2000 liras, y Aldo lacónica y tristemente le responde que a él le ha costado mucho más.
Tras su aparición, la película fue obstaculizada por la Comisión de Censura, compuesta en su totalidad por funcionarios fascistas de antes de la guerra a quienes Togliatti había confirmado en el cargo; todavía fue acusado de indiferencia por algunos diarios, pero en la Cámara de Diputados fue defendido por Andreotti, logró que la película fuera desbloqueada, permitiéndole aterrizar en el Festival de Cine de Venecia.
Ferdinando Briguglio, un joven y emprendedor productor siciliano, encontró en Modica la "ubicación" ideal para una película que fue la primera que se rodó en el Iblei de la posguerra, una escenografía natural ofrecida por el entorno, en línea con lo que exigía el neorrealismo italiano. En resumen, todos estaban contentos, a excepción de la baronesa Cascino, que estaba resentida porque Massimo Girotti le había robado a su doncella ofreciéndole 10.000 liras al mes! El rodaje de la película duró cuatro meses, y durante todo ese tiempo, la ciudad y sus habitantes formaron parte de un proyecto cuyo alcance era esquivo. Para la ocasión, los modicanos tenían cosas nuevas que mirar y contar. Y se habló de invitaciones a cenar, del hermoso Biagino Manenti que cortejaba a las actrices en el plató, de los cuernos que decoraban la cabeza de algunas personas, y sobre todo del guapísimo Massimo Girotti, que quedó imborrable en la memoria de muchas damas.
Me queda una buena película, inteligente, penetrante, dejando diáfano su mensaje contra los totalitarismos y que no ser militante en su contra es siempre ser cómplice. Gloria Ucrania!!!
Trémulo final en que vemos a Giovanni regresar a casa con permiso del ejército, se cruza con una patrulla alemana, le muestra los papeles en regla y lo dejan continuar, pero entonces uno de los militares germanos le dispara por la espalda de forma arbitraria, cayendo el italiano muerto cerca de su casa. Aldo con su familia vela el cadáver de su hijo, cuando hay revuelo en el pueblo porque han detenido a Mussolini (luego Hitler con su comando liderado por el el mítico Otto Skorzeny lo liberaría). Aldo entonces sale del funeral y marcha al bar donde los allí están exaltados por la noticia, y Aldo les da un corto pero punzante monólogo sobre lo cobardes (sobre todo, remarca, él mismo), deberían haber escogido la cárcel y no el medrar, y el precio que han pagado sobre todo él, lo ha hecho con la vida de su hijo. A la mañana siguiente los estadounidenses liberan de los nazis el pueblo protagonista. Entonces el alcalde Podestà se transmuta en fiel aliado de los americanos, manteniéndose en su puesto, uy ahora llama a Aldo de su puesto en el ayuntamiento para echarle en cara que estuvo en el partido fascista, y despidiéndole por ello de su trabajo, cerrando el círculo, de querer despedirlo por no ser fascista, ahora al contrario y lo mordaz que el que lo hace es el mismo en las dos ocasiones, y encima lo hace de forma cínica con el mando yanki a su lado, mientras Aldo lo acepta de modo hierático oyendo las risas del cínico Barón. Aldo camina entre la multitud de la plaza, rebosante de alegres soldados americanos haciéndose fotos. Uno le pregunta que si la chaqueta negra con medallas que ha comprado es cara por 2000 liras, y Aldo lacónica y tristemente le responde que a él le ha costado mucho más.
Tras su aparición, la película fue obstaculizada por la Comisión de Censura, compuesta en su totalidad por funcionarios fascistas de antes de la guerra a quienes Togliatti había confirmado en el cargo; todavía fue acusado de indiferencia por algunos diarios, pero en la Cámara de Diputados fue defendido por Andreotti, logró que la película fuera desbloqueada, permitiéndole aterrizar en el Festival de Cine de Venecia.
Ferdinando Briguglio, un joven y emprendedor productor siciliano, encontró en Modica la "ubicación" ideal para una película que fue la primera que se rodó en el Iblei de la posguerra, una escenografía natural ofrecida por el entorno, en línea con lo que exigía el neorrealismo italiano. En resumen, todos estaban contentos, a excepción de la baronesa Cascino, que estaba resentida porque Massimo Girotti le había robado a su doncella ofreciéndole 10.000 liras al mes! El rodaje de la película duró cuatro meses, y durante todo ese tiempo, la ciudad y sus habitantes formaron parte de un proyecto cuyo alcance era esquivo. Para la ocasión, los modicanos tenían cosas nuevas que mirar y contar. Y se habló de invitaciones a cenar, del hermoso Biagino Manenti que cortejaba a las actrices en el plató, de los cuernos que decoraban la cabeza de algunas personas, y sobre todo del guapísimo Massimo Girotti, que quedó imborrable en la memoria de muchas damas.
Me queda una buena película, inteligente, penetrante, dejando diáfano su mensaje contra los totalitarismos y que no ser militante en su contra es siempre ser cómplice. Gloria Ucrania!!!