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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Intriga Un investigador privado de Los Ángeles es contratado por la esposa de un multimillonario que ha desaparecido misteriosamente. Tras las primeras pesquisas, lo que a priori se planteaba como la ausencia voluntaria de un extravagante ricachón, empieza a complicarse. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
139/16/22/08/19) Agradecible intento de recuperar y poner al día el aliento del cine negro de los detectives privados de los 40 y 50, Marlowe, Spade o Hammer, sobre todo oliendo por su similar argumento a "El sueño eterno" (1946), con H. Bogart (Philip Marlowe) y L. Bacall, que para acentuar más las referencias aparece en la película. Dirigida por Jack Smight con buenos aciertos, bajo un guión excelente del gran William Goldman (“Dos hombres y un destino” o “La princesa prometida”), en su primer trabajo en solitario, que adapta la novela inicial de la saga de Ross Macdonald “The Moving Target” de 1949, escritor del que se dijo Hammett, Chandler y Macdonald son miembros de "La Santísima Trinidad de la ficción detectivesca ", con Macdonald como el Espíritu Santo. El nombre del personaje principal fue cambiado de Lew Archer a Harper porque los productores no habían comprado los derechos de la saga literaria, solo para The Moving Target. Goldman más tarde escribió "así que necesitábamos un nombre diferente y Harper parecía estar bien". Goldman dice que Newman quería un título con la letra H ya que tuvo buena suerte con títulos de una palabra que comenzaban con "H" como The Hustler y Hud. Una trama con viscoso sabor a neo noir, ello por su mundo mezquino, personajes amorales, turbios, defectuosos, alcohólicos, drogadictos, avariciosos, corruptos, torturadores, secuestradores, traficantes de inmigrantes, en una trama (que al igual que la de la mencionada “El Sueño Eterno”, bueno, quizás no tanto) se enreda en una madeja de sub tramas laberínticas de las que es difícil de seguir, donde solo sabemos lo que sabe el protagonista, donde la amoralidad imperante es removida cual basura que deja más y más pestilencia, donde los roles son grises moviéndose entre medias verdades y muchos engaños. Todo ello enaltecido por el brillante protagonismo de un Paul Newman impresionante, con taras, tridimensional, con aristas, con mordacidad y mucho humor, alejado del glamur de otras ocasiones (aquí se ve mugriento, apaleado, en calzoncillos recogiendo café de la basura para desayunar), se le ofreció primero el papel a Frank Sinatra, quien lo rechazó, pasando a Paul Newman, ansioso por aceptar ya que acababa de hacer una película de época, “Lady L”, y deseaba hacer algo contemporáneo. En 1975, Newman retomó el papel en The Drowning Pool, otra novela de Macdonald. Goldman recibió un Premio Edgar de 1967 al mejor guión cinematográfico. Fue un éxito de buen tamaño, con $ 12 millones en un presupuesto de $ 3.5 millones.
William Goldman, en su primer trabajo en solitario, escribió el guión bien escrito.

La presentación de Lew Harper resulta alejada de la elegancia del apuesto galán de ojos azules, lo vemos levantarse en el cuchitril donde vive, en calzoncillos y camiseta de tirantes, no encuentra café, y entonces recoge unos restos posos del cubo de basura, lo cual es declaración de intenciones, al en pocos trazos sentir que es un tipo práctico, solitario y de soluciones rápidas. Para a continuación saltar al contraste de ir a ser entrevistado para un caso de desaparición a una gran mansión, donde como en todo caso detectivesco que se precie, nada es lo que parece, donde todos ocultan algo, las sonrisas son escudos de mundos interiores convulsos. Y Paul Newman da vida a Harper con una energía y vitalidad formidable, un anti-héroe, dotando a su trol de cinismo, ironía, perspicacia, nihilista, melancólico, de vuelta de todo, fiel a sus amigos, es un Philip Marlowe proyectado 20 años después, un tipo alejado de los héroes indestructibles, aquí le pegan varias veces y su cuerpo se resiente, muy bueno el actor.

Hay diálogos afilados ("Tienes una forma de iniciar conversaciones que las terminan", Harper), con dobles sentidos, con dosis de comedia negra, con elementos de suspense, con acción escasa pero realista en su concepción nada épica. Moviéndonos el metraje por lares decadentes como clubs nocturnos, bares de carretera, en un santuario artificioso, en unos astilleros, en un barco abandonado, ello en una evolución con mucho de velada, donde el detective calla mucho de lo que sabe para tener algunas ventajas, donde no puede fiarse de nadie, donde la sospecha y la certezas son difusas. Todo esto inducido por un ritmo no siempre bien conseguido, hay ciertos vaivenes con situaciones rebuscadas que alargan y nada aportan, aunque es de agradecer un final muy sugerente, de los que recuerdas (spoiler). Tampoco la escena más brutal del film me resulta convincente, me refiero a la que Lew mantiene en un astillero frente a Puddler (Roy Jenson), más bien parece algo metido con calzador para que haya algo de acción.

Me resulta algo metido con calzador la sub-trama referida a la vida íntima de Harper, está en medio de un divorcio con Susan (buena Janet Leigh), hay apenas cuatro apuntes que sirven más para despistar que para dar solidez al personaje, ya que se mueven en esta con clichés mil veces sobados. El de la mujer harta de la profesión de su esposo, pero a pesar de eso aún lo quiere, lo dicho, un estereotipo. Aunque deja en su epílogo una metáfora incisiva cuando Susan pincha las yemas de los cuatro huevos que fríe que estaba preparando con cariño y sonrisa para desayunar con Lew.

La película en su temática no es sobresaliente, pero en su desarrollo hay un reguero de personajes frescos, aunque faltos de profundidad (más allá del apunte esquemático): Como esa millonaria en silla de ruedas, Mrs. Sampson, cínica, fría y altiva. Encarnada por una sensacional Lauren Bacall que unas pocas escenas deja huella; Albert Graves como el fiel amigo de Harper, un tipo elegante, sofisticado, medalla a la valentía en guerra que repudia las armas. Arthur Hill lo encarna con mucho sentido del humor, con flema, y teniendo una gran compenetración con Newman; El play-boy alegre Allan Taggert, un guaperas aventurero que despliega encanto por mor de un notable Robert Waggner encarnándolo;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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