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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Thriller Han pasado diez años desde que Lecter, tras su entrevista con la agente del FBI Clarice Starling, escapara del hospital de máxima seguridad en el que estaba recluido. Ahora vive en Italia, pero Starling no ha podido olvidarlo: su fría voz sigue resonando en sus sueños. Mason Verger también recuerda a Lecter: fue su sexta víctima y, pese a quedar horriblemente desfigurado, logró sobrevivir. Tras heredar una fortuna, Verger decide ... [+]
24 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
138/21(22/05/23) Decepcionante thriller, frustrante secuela de la fascinante Obra Maestra de 1991 “El Silencio de los corderos” (una de las pocas películas de la historia del cine oscarizada por los cinco grandes: Película, Director, Guion, Actriz y Actor), lo que en la pretérita era sutilidad, ingenio, brillo, sugerencias, expresionismo, intensidad, tensión dramática, aquí torna en algo aparatoso, ante falta de ideas atractivas hagan un relato tan apasionante como la primera parte, se echa en brazos del trazo grueso, del gore más escabroso y gratuito. Quizás la primera sospecha es que no está al frente el director Jonathan Demme, este no le atrajo el guion y reusó, y el todopoderoso productor dueño de los derechos del personaje titular Dino De Laurentiis contrató a Ridley Scott, lo cual en principio auguraba buenas expectativas con el cineasta creador de “Los Duelistas”, “Alien” o “Blade Runner”, tampoco adaptado Ted Tally (el oscarizado escritor de la primera, que encontró la novela demasiado espeluznante), pero los sustitutos no eran Don Nadies, nada menos que Steven Zaillian (“La Lista de Schindler”) y David Mamet (“Los Intocables”), basándose en el libro epónimo de Thomas Harris de 1999 (best-seller que vendió en su tirada inicial 1,6 millones), secuela de su “The Silence of the lambs”, tampoco estaba la gran Jodie Foster como la némesis de Hannibal, aunque la sustituyó la siempre de notable para arriba Julianne Moore, pero mi gozo en un pozo en un relato atropellado, sin gancho, echando por tierra la mística de los personajes que nos maravillaron en el 91. La sombra de la primera parte es demasiado alargada, no esperaba la igualara, pero tampoco que siendo una superproducción con gente muy reputada en el proyecto al menos fuera digna continuación, y lo que me encuentro es un afiche sin más que vive del recuerdo constantemente, sin este no se puede entender la relación deux machine del relato, como es la de Hannibal-Clarice, pues aquí resulta aturullada sin la magia de la creada en la primigenia.

El cuento de hadas que originalmente es con reminiscencias a La Bella y La Bestia (hay una imagen que da fe de ello con Hannibal llevando en brazos a una malherida Clarice) queda aquí muy manoseada, se ha perdido la esencia que fluía entre la núbil Clarice de la Foster y Hannibal tras el cristal, ni rastro de sus diálogos maravillosos, todo es subrayado, cual si fuera creada la historia por una mente que despojara del encanto gótico de la dirigida por Demme. Quizás es por aquello de Menos a veces es Más, me refiero a que cuando el Totémico Hannibal Lecter aparece aterrador apenas 15 minutos, pero se exprimen sus escenas con mordacidad se consigue una atracción poderosa, pero tal vez cuando se da rienda suelta al Icónico psicópata caníbal se le anula el misterio, y queda como un simple asesino que tantas veces hemos visto, se mueve en libertad de modo altivo, siempre por delante de los demás, eso desgraciadamente se nota demasiado, con lo que esto cercena la posibilidad del suspense. Amén de ir acabando con gente que no nos importa, y que encima no son trigo limpio los que mata

Al final todo queda restringido a que veamos que nueva forma grotesca sádica nos mostrará ahora la película, se echa en brazos del sensacionalismo, y se olvida de crear el halo magnético de la primera. Aquí nos colocan para dar algo de vidilla a la trama a un antagonista perverso encarnado de una forma (maquillaje mediante) irreconocible aterradora por Gary Oldman como Mason Verger, pero este arco de trama me es muy poco trabajado, al parecer en el libro estaba mucho más desarrollado, aquí es una simple y sin gracia venganza de un muchimillonario.

Resulta que en la primera parte del film Hannibal reside en la monumental Florencia italiana, allí vemos a un hedonista protagonista en su salsa, en opíparas comidas, epicúreos vinos, entre estatuas, pinturas, lienzos, palacios, música clásica. Y tendrá el problemilla de que un agente policial (Giancarlo Gianni en un rol plano) lo reconoce y decide puentear su cargo para hacerse con una recompensa, en lo que es otra sub trama muy torpe, coronada por un acto de sanguinolento espectacular, pero sin capacidad para provocarte algo más que asco. En esta parte primera Clarice es prácticamente una convidada de piedra (las charlas por teléfono de ella con Hannibal son muy pobres), la ausencia de momentos álgidos con Hannibal repercuten en que su química es impostada y solo emanada de la primera parte, con lo qué volvemos a la dependencia absoluta del genio de la del 91, esto es aún más sangrante por ser otra la actriz, con lo que es saboteada de la posibilidad de establecer una intimidad propia y no subsidiada. Tiene una sub trama low cost sobre un asalto policial que salió mal, combinado con muchas escenas de ella mirando el monitor y olfateando (que de modo inverosímil dan con la pista), más otra sub trama de vergüenza ajena con un superior encarnado por Ray Liotta, mal expuesto, una caricatura (supongo estaría mejor descrito en el libro, pues peor es imposible). Para en la segunda mitad ya con todo centrado en USA la casquería se adueña de la pantalla. Aunque antes tenemos el mejor tramo de la peli, el único donde se da cita la sutilidad el juego del gato y el ratón entre Hannibal y Clarice en el centro comercial, con el ‘doctor’ comunicándose con ella a través de un móvil y ella con auriculares, divertido juego, aunque roto este por una situación que sabotea lo visto hasta entonces (*spoiler). Con la subtrama del vengador desfigurado resuelta de forma ridícula, tomando protagonismo el criado (encarnado por un liso Zeliko Ivanek) del vengador Mason, en un acto que es un insulto a la inteligencia (**spoiler). La acción lejos de buscar cautivarte, cae en ser un producto de golpes impactantes que al no estar conectados con los personajes que los sufren adolecen de cualquier remanente emoción, tan de crearte un shock como superficial dramáticamente... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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