Basada en hechos reales, es la historia de tres científicas afroamericanas que trabajaron para la NASA a comienzos de la década de los 60, en plena guerra fría y carrera espacial. Nominada a varios Oscars, fue una de las sorpresas agradables de la temporada. Sus virtudes: era fácil identificarse con las tres protagonistas, sacando la cabeza con dignidad en un territorio complicado y además prácticamente copado por hombres, con el agravante de ser negras. Saber que esas mujeres habían existido y tenido esas vivencias, algunas ciertamente chocantes, ayudaba a ahuyentar el fantasma del edulcoramiento.

Una trama interesante, una producción solvente, y unos secundarios de garantías (Kevin Costner, Jim Parsons –una vez más haciendo de superdotado-, Kirsten Dunst) contribuyeron junto a la buena labor del desconocido director a llevar a muy buen puerto esta cinta, la típica que se beneficia en taquilla del consabido boca-oreja.