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Voto de Giulietha:
9
7,2
81 700
Intriga. Thriller
El multimillonario Nicholas Van Orton (Michael Douglas) tiene todo lo que un hombre puede desear. Pero Conrad (Sean Penn), su díscolo hermano, aún es capaz de encontrar un regalo de cumpleaños que pueda sorprenderle: su ingreso en un club de ocio capaz de diseñar a su medida aventuras y pasatiempos exclusivos.
1 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no hacen películas como esta. La década del noventa fue muy buena para este tipo thriller y Fincher fue un buen exponente.
No me canso de ver esta película. Es de esos films que tienen de todo (acción, suspenso psicológico, drama, etc.), en su justa medida, que uno los vuelve a ver luego de un tiempo y vuelve a sentir ansiedad, temor, intriga.
Uno puede entrar en esta película de varios modos: desde el lado de la acción en las persecuciones, desde el lado de la venganza, desde el drama de un hombre solitario que lo tiene todo pero no tiene nada, desde las relaciones y el trato que dispensa Nicholas Van Orton (hasta el nombre impone respeto y miedo) a sus familiares, a sus subordinados, a sus colegas. Desde el lado psicológico y la historia personal de Nicholas, historia que tiende a repetir como siempre repetimos todo. Desde la psicología el juego se trata de una terapia de exposición: un modo de sanar es enfrentarnos precisamente a eso que tememos. Pero el modo de llegar a esta resolución es macabro. Son idas y vueltas de juegos mentales en los cuales el personaje se pierde y nosotros nos perdemos con él. A veces creemos que vamos más adelante que el personaje y luego nos damos cuenta de que el director nos hizo trampa a nosotros y volvió a burlarse.
Las actuaciones están fabulosas: nunca un mejor papel para Michael Douglas que el de millonario prepotente, irónico, despectivo (estos papeles le caen como anillo al dedo). Sean Penn está muy bien en todas sus facetas: el hermano descarriado, el hermano engañado y simulando terror, el hermano cariñoso que le regaló el juego para que su hermano de una vez por todas deje de ser tan basura.
Por otra parte, la empresa CRS, algo que si bien parece descabellado, no lo es tanto. ¿Hasta qué punto estamos hastiados de nuestra vida que necesitamos una verdadera aventura? ¿Cuándo compramos un producto o un servicio, no estamos de algún modo comprando una experiencia? ¿No es lo que nos venden cuando en un comercial de cerveza muestran grupos de gente bailando felices y sin preocupaciones? En definitiva, logremos lo que logremos, el deseo siempre se correrá hacia adelante y será el deseo de otra cosa no lograda aún.
No me canso de ver esta película. Es de esos films que tienen de todo (acción, suspenso psicológico, drama, etc.), en su justa medida, que uno los vuelve a ver luego de un tiempo y vuelve a sentir ansiedad, temor, intriga.
Uno puede entrar en esta película de varios modos: desde el lado de la acción en las persecuciones, desde el lado de la venganza, desde el drama de un hombre solitario que lo tiene todo pero no tiene nada, desde las relaciones y el trato que dispensa Nicholas Van Orton (hasta el nombre impone respeto y miedo) a sus familiares, a sus subordinados, a sus colegas. Desde el lado psicológico y la historia personal de Nicholas, historia que tiende a repetir como siempre repetimos todo. Desde la psicología el juego se trata de una terapia de exposición: un modo de sanar es enfrentarnos precisamente a eso que tememos. Pero el modo de llegar a esta resolución es macabro. Son idas y vueltas de juegos mentales en los cuales el personaje se pierde y nosotros nos perdemos con él. A veces creemos que vamos más adelante que el personaje y luego nos damos cuenta de que el director nos hizo trampa a nosotros y volvió a burlarse.
Las actuaciones están fabulosas: nunca un mejor papel para Michael Douglas que el de millonario prepotente, irónico, despectivo (estos papeles le caen como anillo al dedo). Sean Penn está muy bien en todas sus facetas: el hermano descarriado, el hermano engañado y simulando terror, el hermano cariñoso que le regaló el juego para que su hermano de una vez por todas deje de ser tan basura.
Por otra parte, la empresa CRS, algo que si bien parece descabellado, no lo es tanto. ¿Hasta qué punto estamos hastiados de nuestra vida que necesitamos una verdadera aventura? ¿Cuándo compramos un producto o un servicio, no estamos de algún modo comprando una experiencia? ¿No es lo que nos venden cuando en un comercial de cerveza muestran grupos de gente bailando felices y sin preocupaciones? En definitiva, logremos lo que logremos, el deseo siempre se correrá hacia adelante y será el deseo de otra cosa no lograda aún.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Claro que el final es un poco arriesgado. Demasiado extremista haberlo llevado al límite a Nicholas. Con el tiempo he llegado a preguntarme ¿somos los seres humanos tan predecibles? Porque el juego basa sus estrategias precisamente en eso, en predecir qué acción realizará Nicholas y tener preparado el próximo paso. En la película dan algunas respuestas al que hubiera pasado si no... Es el caso de cuando Nicholas cae al agua dentro del taxi, y le dicen que había buzos preparados debajo. Si no se hubiera tirado desde la terraza, y le contestan que lo hubieran empujado.
Creo que sobre esta película se inspiró el realizador de la serie de Los simuladores (Damián Szifrón)
Creo que sobre esta película se inspiró el realizador de la serie de Los simuladores (Damián Szifrón)