No me molesta el cine verborreico si se tiene algo interesante que decir. En caso contrario, no es conversación, sino cháchara. A los veinte minutos de escuchar parlotear a todo éstos, tuve que tirar del ibuprofeno. Le sumo lo cutre y apático que parece todo, desde la dirección hasta las caras de aburrimiento que ponen los actores en los segundos planos (no me extraña).

Al final todo se puede reducir gracias a la precisión del refranero español:

"Excesiva tracamundana y exiguo cascajo" (cult version)

Importante: de vez en cuando entre charloteo y charloteo, hay como un repentino golpe de efecto y una super revelación y todo el mundo empieza a dar gritos o hacer aspavientos. Permaneced atentos porque ésta es la señal para cambiarse de postura en el sofá.