Tal como apuntaba otra reseña, el público español seguidor de las series hechas aquí tiene una manga anchísima a la hora de valorar esos productos. "Guante blanco" es una serie de género policíaco, mezcla de thriller y robos sofisticados. Y, por razones que se me escapan, parece casi imposible encontrar películas/series españolas de este estilo con un guión decente que no provoque sonrojo en un espectador mínimamente exigente. Repito: mínimamente.

Es curioso como sólo Enrique Urbizu parece conocer las claves para realizar thrillers en España capaces de competir con los maestros de este cine (los norteamericanos, con mayor o menor suerte en los resultados) sin llevarte las manos a la cabeza o sufrir un ataque de vergüenza ajena ante lo que uno ve en pantalla. Urbizu cuenta con al menos tres thrillers ("La caja 507", "No habrá paz para los malvados" e incluso "Todo por la pasta") sólidos en su argumento, de gran realismo argumental y narrativo y de impecable realización, merecedores todos ellos de una nota muy alta.

Pues bien, "Guante blanco" no alcanza esa categoría. En primer lugar, la serie no es tan original como algunos pretenden (ni falta que le hace) en su planteamiento de duelo entre un ladrón y un policía que se enfrentan y se admiran al mismo tiempo, conformando las dos caras de una misma moneda. En segundo lugar, la trama policial se mezcla constantemente con la vida privada de los dos personajes principales (de los secundarios apenas sabemos nada, lo que descompensa bastante la historia), una vida privada de lo más vulgar (problemas conyugales, generacionales, educativos...) y que ya hemos visto en decenas de anteriores series españolas de diferentes géneros sin aportar nada realmente interesante. Y por último, aunque relacionado con el punto anterior, la serie adolece de un pesado lastre habitual en toda serie española con afán de llegar al máximo número de público: la presencia de niños en el reparto. Unos niños que suelen ser odiosos además de medio idiotas. Así es como los guionistas españoles ven a los más pequeños.

Y ahí radica uno de los grandes problemas de las series "policíacas" españolas: su afán de querer llegar a todos los públicos y convertirlas en productos familiares. Por otro lado, el ritmo de estas series suele ser bastante alto, todo sucede muy deprisa y de una forma bastante atropellada, lo que incrementa la sensación de fragilidad del guión, casi siempre poco trabajado. Y los robos terminan siendo menos sofisticados de lo que cabría esperar en una serie como ésta, más basados en la proverbial picaresca española que en la profesionalidad y conocimientos técnicos de los ladrones.

Con todo, "Guante blanco" no es de lo peor que he visto en nuestra televisión. De ahí mi 4 en la nota final.