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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
3
Terror Inspirada en una historia real sucedida en el madrileño barrio de Vallecas en los años 90. Tras hacer una ouija con unas amigas, una adolescente es asediada por aterradoras presencias sobrenaturales que amenazan con hacer daño a toda su familia. (FILMAFFINITY)
6 de febrero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Verónica” (2017) de Paco Plaza con Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent, entre otros. Película de terror española, nominada a 7 Premios GOYA, incluido Mejor Película, e inspirada en “El Expediente Vallecas”, que tuvo lugar en los años 90 en Madrid, sobre una joven adolescente, estudiante de un colegio católico, que tras jugar La Ouija, experimenta eventos sobrenaturales. El relato es convencional y para nada original, que recuerda a filmes como “Rosemary’s Baby” (1968), “The Exorcist” (1973), “The Sentinel” (1977 y “The Conjuring” (2013) así como cine de terror español como “Cría Cuervos” (1975) de Carlos Saura y es comparable con la obra “Carrie” de Stephen King, donde se traza un paralelismo entre los estragos de la entrada a la adolescencia y el miedo al cambio natural de la vida, de la soledad, a lo desconocido, a no poder controlar el propio cuerpo, y finalmente a no reconocerte en el espejo, a que nos cambie la voz, y sentirnos como “poseídos por algún ente externo” que ciega la razón y entra “el estado paranormal”; al tiempo que se da elementos fuertes como “ser madre postiza” de hermanos pequeños, la ausencia paterna y la ausencia de una verdadera madre; así se desatan los miedos más primordiales como el miedo racional a la exclusión social en el instituto, a ser diana de rumores, a perder a las amigos… Entonces estamos ante el mal o la psicosis… Las manifestaciones de horror dentro de la película apuntan en esa dirección y para el espectador, es un viaje terrorífico, eufórico y catártico, donde lo único que importa es el elemento de “historia real” Sin embargo presenta un error fatal: La acción del relato se sitúa en 1991, así, cuando los niños ingresan por primera vez en el restaurante donde trabaja la madre, se le promete al niño de la familia, 2 euros. El euro no se legalizó en España antes de 1999, y los billetes y monedas no se introdujeron antes de 2000; al tiempo que no queda claro, cómo el inspector de policía supo los detalles para su informe, si él solo presenció una escena… lo demás, en la película, es conjetura; por otra parte, para el espectador convencional se pierde del detalle que la película que Verónica está viendo cuando duermen todos los hermanos juntos en la sala de estar, es el clásico de terror español de 1976, “¿Quién puede matar a un niño?” de Narciso Ibáñez Serrador, que canta toda la trama del filme. Además, la historia de Verónica está basada en los hechos de 1991 que involucraron a la familia y a Estefanía Gutiérrez Lázaro, una joven de 18 años que después de jugar a La Ouija con 2 compañeros de clases, comenzó a vivir una fuerte actividad paranormal en su casa. Ella moriría el 14 de agosto de 1991, 6 meses después de la primera jugada. Por tanto, la actividad paranormal aumentó después de su muerte, convirtiéndose en el único archivo reportado por La Policía Nacional Española, y por testigos de los eventos sobrenaturales en la casa de Estefanía. Sin embargo, la historia difiere bastante de la película, puesto que los fenómenos no cesaron con su muerte, sino que se mantuvieron tiempo después, al punto de que quienes dieron la alarma a la policía, fueron sus padres. Todavía sin una explicación lógica o científica, este es uno de los episodios más relevantes de la parapsicología en España, que se saldó con la combustión espontánea del retrato de la niña, situado en el altar que su madre había preparado para honrar su memoria. Así pues, “El Expediente Vallecas” se merece un filme más completo. Otro detalle recalcable es que la historia no posee grandes efectos visuales, no hay terror como tal, sino mucha sugestión, y uso de las luces y sombras para crear terror. Del reparto, la única que brilla es la debutante actriz Sandra Escacena como Verónica, y los niños que no llegan a resultar irritantes; mientras que la moja fue totalmente desaprovechada, personaje sólo para generar miedo. Por último, la banda sonora de Héroes del Silencio va muy bien con lo narrado, y al finalizar los créditos genera la sensación de cerrar los ojos fuertemente, pues “Alguien puede responder la llamada”
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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